La contaminación de un estanque fluvial que se encuentra enclavado en el capitalino municipio Boyeros, en las calles 100 y Perla, preocupa a los vecinos en específico de los repartos: Construcción, Embil, Aldabó y Alta Habana; así como a los trabajadores y atletas del centro de entrenamiento de alto rendimiento conocido como Cerro Pelado y la Escuela Nacional de Gimnasia.
La despreocupación de las autoridades ha permitido que estas aguas fétidas y putrefactas se conviertan en caldo de cultivo de enfermedades bacteriológicas y epidemiológicas.
La contaminación de esas aguas es debida a que el Centro Nacional de Investigación Policial, conocido como D.T.I; los Hospitales William Soler, Enrique Cabrera (Nacional) y la Escuela de Ciencias Médicas, desembocan sus fosas y aguas albañales en este lugar.
Por su parte, el aliviadero de este estanque fluvial, descarga sus aguas contaminadas frente al Centro de Entrenamiento de Alto Rendimiento, conocido de forma popular como “Cerro Pelado”. Al llegar allí crea un río de aguas pestilentes que atraviesa este lugar que se supone sea de relajamiento para los que allí hacen sus ejercicios.
Una joven conocida como “La Jimagua”, vecina del lugar refirió que en su domicilio -como en la mayoría de las viviendas aledañas a este estanque- la presencia de mosquitos y roedores azotan a la población aledaña, y hacen que estas personas tengan que vivir pendientes de esta calamidad.
Continuó explicando esta muchacha que, a pesar de conocer bien la situación de estas aguas infestadas, personas inescrupulosas se dedican a pescar en ellas, un pez de río conocido como Claria (pez Gato, familia Claridae) para después venderlo a la población a través del mercado negro.
Algunos vendedores de alimentos ambulantes (trabajadores por cuenta propia) preparan este pescado en minutas y lo mercantilizan al público sin especificar de donde lo sacan, creando posibles fuentes de enfermedades por el hábitat de los peces.
También se venden las Clarias enteras, porque la población siente la necesidad de comer pescado, que es un alimento casi prohibitivo para el pueblo, por sus altos precios. Además, los que tienen posibilidad de adquirirlo por la cuota de la mal llamada “libreta de abastecimientos” no pueden comprarlo, porque sustituyen el pescado por pollo.
En estos momentos en el país hay una cantidad de enfermedades y algunas de ellas se han hecho endémicas, por lo que hay que tener constante vigilancia contra el dengue, el cólera, el zika y otras.
Aunque la mayoría de los afectados asegura que se han quejado a varias instancias gubernamentales, para solicitar le den alguna solución a este problema, o al menos realicen labores de saneamiento, la respuesta que han recibido es que deben esperar, porque el Estado no tiene recursos para resolver este tipo de problema a pesar de su gravedad y el peligro a que está expuesta la población del lugar.
La Habana, 31 de enero de 2017.