Muchos son las personas, hombres y mujeres, ancianos y no tan viejos; que recorren las calles rebuscando en los tanques de basuras algo de comer porque tienen hambre.
Por ejemplo, el pasado día 26 de junio, un anciano, aparentemente mayor de 70 años de edad, se encontraba sumergido en la basura de la calle Cadena, entre Apodaca y Santa María, municipio Guanabacoa, después de hacer esto varias veces, se sentó en la acera a alimentarse de sobras de comidas que había en una bolsa de nailon que recogió del lugar.
Lo mismo se pudo apreciar en la calle Reina esquina a Belascoaín, en el municipio de Centro Habana, otro mendigo sentado en el contén extraía de una bolsa con las manos puñados de comida para comer.
Y es que escenas como estas suceden en cualquier país del mundo, pero los gobernantes no las ocultan, ni quieren hacer ver que estas cosas no están pasando. Un país donde por más de 50 años se ha hablado hasta el cansancio de justicia social, mira con indiferencia a tantas personas desamparadas.
Andar en un basurero, ya sea buscando materia prima o comida, es algo que se ha convertido ya en un hecho cotidiano para los cubanos.
La Habana, 30 de junio de 2014.