Martes , 27 Junio 2017

Lo que el “imperialismo” no permitió reparar

La extinta terminal de trenes del municipio San Antonio de los Baños se ha convertido en una ruina que sirve para cualquier cosa que se le ocurra al que allí entre. Está ubicada en una zona apartada de este pueblo, pero siempre desde que se construyó se hizo con ese fin.

Su estilo de arquitectura fue el que se empleaba para este tipo de servicios ferroviarios; con gruesas columnas, ventanas y puertas de madera y la ventanilla por la cual los pasajeros compraban sus boletines para realizar su viaje; tenía también oficinas de administración y otras facilidades, como un local para que los empleados que viven en la capital y que trabajaban en el del tren que realiza el viaje desde San Antonio de los Baños hasta Tulipán, tuvieran donde dormir.

Con el paso del tiempo y debido a la falta de mantenimiento que requería, fue deteriorándose poco a poco; un día se partían unas tablas del techo, más tarde se desprendía ese pedazo, sobre todo por la humedad cuando la lluvia era excesiva; y así se fue inutilizando hasta que hubo que sacar a los trabajadores, por el peligro que representaba la edificación, tanto para ellos como para los que iban allí a gestionar pasajes para viajar.

Al igual que otros muchos lugares públicos y algunas edificaciones, al dejar de existir esta construcción quedaron ruinas de paredes sin techo, que permiten pensar en un lugar bombardeado. Sin embargo, una terminal de ferrocarriles no es algo que de forma fácil se pueda colocar en otro lugar, porque allí llegan las líneas férreas; por lo que todo parece indicar que en mucho tiempo no volverá a haber un lugar propicio para ofrecer este servicio a la población.

Por el momento solo hay un viejo vagón de tren que sirve de oficina para la venta de boletines y lo que queda de construcción es utilizado como baño público. con un desagradable olor y muchas veces un rincón apartado para hacer el amor.

Claro, es casi seguro, que entre las sumas de dinero que se exige al gobierno de los Estados Unidos de América, por el daño hecho por el “embargo” estará el valor de la terminal; porque, aunque para las autoridades del gobierno local no era ajena esta situación; y en ningún momento hubo el menor interés en repararla e impedir que terminara destruida, por supuesto los medios que había que adquirir no los dejó comprar el “bloqueo”.

La desidia, la falta de visión y el interés que se suponen tengan los funcionarios a cargo de los servicios del pueblo, no fueron óbice para que no se destruyera; la culpa de todo lo malo que pasa en este país, la tiene el pueblo o el imperialismo yanqui, sobre todo en estos momentos en que están exacerbados los “odios” contra el enemigo que nos quiere quitar la soberanía.

Artemisa, 20 de octubre de 2016.


 

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