Martes , 27 Junio 2017
Limbo y perversión

Limbo y perversión

La Dama de Blanco Sonia Garro continúa tras rejas sin ser llevada a un tribunal. Desde marzo del 2012 guarda prisión en la cárcel de mujeres conocida como el Guatao, ubicada en las afueras de La Habana.

Los otros implicados en la causa 418 de 2013, su esposo Ramón Alejandro Muñoz y Eugenio Hernández Hernández, están en la misma condición: encerrados a la espera de la vista oral.

El caso se mantiene en un limbo legal. Nadie sabe las causas de la demora. No es la primera vez que el régimen procede de esta manera, existen evidencias anteriores de activistas contestatarios que estuvieron un tiempo en cautiverio y después fueron liberados sin cargos. ¿Habrá un desenlace parecido en este caso?

Puede ser que los tres sean devueltos a sus hogares en el transcurso del año y los delitos que se le imputan tales como, Atentado, Desorden Público y Tentativa de Asesinato queden anulados.

También es posible que en las próximas semanas hagan un remedo de juicio en el cual condenen a Sonia a una pena que no exceda los tres años o menos.

Respecto a su cónyuge y al otro activista contestatario, es de esperar que los sancionen con mayor severidad.

Independientemente de los pronósticos, lo que debería valorarse y denunciarse sin descanso es la arbitrariedad legal. Una vez más se demuestra la dependencia del Ministerio de Justicia de lo que decida la policía política.

¿Acaso en un contexto como este podría celebrarse un juicio con todas las garantías procesales?

Recuerdo en marzo de 2003, cuando fuimos a la cárcel 75 opositores y líderes de la sociedad civil pro democrática.

En los procesos no hubo ni rastro de transparencia. Desde un principio sabíamos que nuestras sentencias habían sido determinadas por el Ministro del Interior y lógicamente aprobadas por Fidel y Raúl Castro.

La defensa fue parte de un montaje por medio del cual trataron de dar un barniz de legitimidad a lo que en sí era un ajuste de cuentas del poder contra el movimiento que aboga por una transición pacífica hacia un Estado de Derecho.

Los abogados poco pueden hacer por las personas que son acusadas por delitos políticos. No hay dudas de que con Sonia no habrá sorpresas. Todo está bajo el control de funcionarios con la potestad de hacer lo que le venga en ganas.

El hecho de ser mujer y tener hijos menores de edad, junto a las campañas internacionales a favor de su liberación, pudieran estimarse entre los motivos para su regreso al hogar antes de diciembre.

Por supuesto que solo se trata de una apreciación. Esos detalles no son suficientes para asegurarse de la indulgencia de los verdugos.

Tal vez quienes la mantienen en ese estatus consideren que ya recibió su merecido. Son más de 28 meses de sufrimiento. Una experiencia difícil de olvidar.

Cualquiera que haya pasado por la prisión política en Cuba puede corroborarlo.


 

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