Martes , 27 Junio 2017

La tercera edad. ¿Un castigo o una carga?

Migdalia PiñaLlegar a la tercera edad debería considerarse una suerte, pero cuando el adulto mayor no posee salud ni bienes inmuebles o financieros, se convierte en un castigo o una carga tanto para ello como para los familiares; y cuando no los tiene, debe responsabilizarse el Estado.

Afirman varios guantanameros, que la principal causa de que los ancianos estén vagando por las calles y muchos sin techo para pasar la noche, es la situación económica de las familias cubanas y en especial las de esta localidad, pues la provincia es víctima del fatalismo geográfico y sus pobladores solo tienen en mente una cosa desde que comienza el día, salir a ver que encuentran para comer y subsistir, por lo que no hay tiempo suficiente para la atención debida de las personas de la tercera edad de la familia.

Algunos por su parte, comentan que quienes se ven en esas condiciones, por lo general, proceden del rompimiento que hubo en la célula fundamental de la sociedad, tal y como se diseñó por parte de los que para controlar a todo el mundo y mantener el poder, diluyeron en disímiles tareas la unidad familiar.

Es por eso que algunos de ellos -según comentan en la calle- están así por tener malas entrañas, ser abusivos y “echar pa’lante” a sus vecinos e incluso algunos prefirieron vender o donar sus bienes a un extraño o al Estado que sentar las bases de una familia con fuertes lazos afectivos y que posteriormente se ocupara de ellos.

Otro factor influyente es la situación actual de la vivienda en el país. Es común que en una vivienda convivan varias generaciones e incluso varios matrimonios; existen bohíos -como casas- que no pasan de los 9 metros cuadrados, o sea, con un área total de 3 x 3 metros; lo que al crecer la familia, obliga a que las personas de la tercera edad tengan que buscar la forma de internarse en los Hogares de Ancianos o asilos.

Según el testimonio de Migdalia Piña, trabajadora social de un policlínico de la ciudad y especializada en “Atención a personas de la tercera edad”, a la que entrevistamos al respecto, ingresar en un asilo no es tarea fácil. Comenta que hay muy poca capacidad en los Hogares de Ancianos, por lo que se elabora un listado en espera de que fallezca un paciente para dar ingreso a otro. Argumenta además, que los ingresos se hacen por orden de prioridades.

Es precisamente este hecho el que para la población es una vía de escape, porque no hay dudas de que el que más ofrezca es quien resuelve un ingreso.
Pero no todos las personas de la tercera edad, ni sus familiares, ven la solución en los Hogares de Ancianos. Algunos de los que ya han estado allí cuentan que las condiciones higiénico-sanitarias y la infraestructura, no brindan seguridad ni confort y por tanto, prefieren cualquier otra alternativa.

Guantánamo, 2016.


 

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