Martes , 27 Junio 2017
La disidencia cubana necesita de nuestro apoyo

La disidencia cubana necesita de nuestro apoyo

La semana pasada, a instancias de la junta directiva de la fundación Ipec y con la participación en la sala de otros destacados miembros de organizaciones cívicas del país y generadores de opinión, tuve el gran honor de conocer al disidente cubano Guillermo Fariñas, periodista y psicólogo que ha protagonizado múltiples enfrentamientos a través de huelgas de hambre contra el régimen de los hermanos Castro.

Luego de haber sido arrestado tres veces y pasar en prisión casi 12 años de su vida, Fariñas es una persona que entiende bien cómo funciona el aparato represor, de inteligencia y propagandista de la dictadura cubana.

Me llamó la atención cuando nos explicó la razón por la que se encontraba en Panamá junto a otros miembros de la disidencia y el exilio cubano. Venía de reuniones en México. Y la razón por la que ellos viajaron a estos dos países es por la íntima relación que, según nos contaba él, tiene el Gobierno cubano con México y Panamá.

Fariñas nos informó que las plataformas de inteligencia del conocido y tenebroso G-2 cubano más importante que existen fuera de Cuba, se encuentran tanto en Panamá como en México.

Las relaciones comerciales, financieras y de inteligencia que los cubanos del régimen mantienen en estos países, datan de varias décadas, y aparentemente han sobrevivido más allá de qué tipo gobierno dirija estas naciones.

Otra de las afirmaciones del periodista cubano Guillermo Fariñas era sobre la sucesión de los hermanos Castro. Según sus propias palabras, la misma ya es un hecho. Raúl Castro, si bien es el presidente de Cuba, es una especie de -siempre según Fariñas-, regente del trono que en realidad dirige el hijo, Alejandro Castro Spín.

Castro Spín ostenta un puesto de coronel dentro del ejército cubano. Cuba es un Estado dirigido por los militares, pero a las órdenes de esta dinastía caribeña. Así como ocurre en el tema político con Castro Spín, Fariñas nos aseguró que el manejo económico del gobierno de la Isla está en manos de otro joven familiar de Fidel y Raúl Castro.

Una cosa poco conocida fuera de Cuba es que se realizan elecciones. Por supuesto, las reglas de las mismas son diametralmente diferentes a los de las democracias conocidas. Estas reglas pueden sufrir algunas modificaciones empujadas por las conversaciones que mantienen con el Gobierno de los Estados Unidos para regularizar las relaciones entre ambas naciones, situación que tendrá su cenit en la Cumbre de las Américas que se realizará el próximo mes de abril en Panamá.

Lo que nos piden los disidentes cubanos a todos los demócratas panameños es que seamos protagonistas a la hora de observar y acompañar el proceso de cambios a las nuevas leyes electorales de la Isla, que permitan la elección de opositores por vía de un sufragio universal. Por supuesto que el régimen cubano va a hacer todo lo posible para que esto no sea así, y es ahí donde entra la observación internacional de América Latina.

El Gobierno cubano siempre ha tenido al embargo norteamericano y su política dura hacia la Isla como excusa para mantener el férreo control del Estado y, por otro lado, que el otro gran protagonista en la solicitud de cambios es la Unión Europea.

Lo que nos pide Fariñas y el resto de los disidentes cubanos es la participación de América Latina como protagonistas principales de estas presiones. Eso eliminaría la excusa de intereses “imperialistas” en esta petición de observación.

Lamentablemente, todo indica que la venidera cumbre de presidentes americanos no tratará temas políticos de fondo, como los derechos humanos y la libertad de expresión en países donde los mismos no existen, como Cuba y Venezuela, entre otros.

Los casos de las valientes voces de Guillermo Fariñas, José Antonio Madrazo, Elena Larrinaga, Andrés Hernández, quienes integraban la delegación descrita, así como las voces y lucha de Rosa María Payá y Yoani Sánchez, son claros ejemplos de que hay un pueblo que nos necesita tal y como alguna vez nosotros los panameños solicitamos esa solidaridad del resto del mundo democrático.

Hay que abrir espacios en los medios de comunicación en nuestro país para que sean las plataformas de lucha de los disidentes cubanos y opositores venezolanos, así como de otros países donde la democracia es solo una palabra sin contenido, y así puedan denunciar lo que realmente sucede en su tierra y todos podamos comprometernos con una lucha en la cual no se pueden quedar solos. Ojalá la próxima cumbre presidencial no sea solo para una bonita foto.


 

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