En los últimos días la prensa cubana se ha hecho eco de las declaraciones de Bruno Rodríguez Parrilla, ministro de Relaciones Exteriores, referidas a los numerosos daños que ha causado el “bloqueo” al país. Como la cifra es tan grande -casi irrepetible- han acotado el tiempo a un año de penurias.
Si se hace honor a la verdad, en el país son pocas las personas que en estos momentos creen que los problemas que tenemos son debido al “embargo americano”. Y es que de forma contradictoria aparecen a diario historias de “logros” comerciales y de inversiones en las relaciones con los vecinos del norte.
Sin embargo, el pueblo sigue sufriendo la desidia del régimen, que lo ha caracterizado a lo largo de estos 57 años y que además se incrementa cada día.
Solo con poner un ejemplo de lo que pasa en el país es suficiente, aunque todos saben que nada se le soluciona al pueblo. Es el caso de Ada Ibis Trujillo Paulín, de 49 años, una madre soltera que vive con su hijo menor de edad, que como resultado del paso de los huracanes Lili e Isidore, su casa resultó declarada como derrumbe total por la Comisión del Gobierno y la Dirección de la Vivienda en el municipio Pinar del Rio. Estamos hablando del año 2002, se le han arrancado 14 hojas al almanaque anual y estas personas, al igual que otras muchas, viven en un grado extremo de desgracia, pero a nadie -de los que se supone le resuelvan su problema- le importa.
Ellos viven en un pequeño espacio de cuatro por cuatro metros cuadrados con muchas inseguridades, ubicado en el Km 89 de la Carretera Central en Montequín, detrás de la Escuela del Partido Comunista de Cuba y al lado del Consultorio Médico No. 75; lo que implica que no pasan desapercibidos a las autoridades.
Este invento de vivienda, se deteriora día tras día, y por tal razón peligran sus vidas dentro de ese lugar que por necesidad y obligación tienen que habitarlo, aunque saben que están corriendo un gran riesgo.
No tiene condiciones sanitarias, ni servicio de agua potable, la cubierta y las paredes están con parches en pésimas condiciones, con peligro de derrumbe, cuando llueve se mojan todas sus pertenencias, el piso está en precarias condiciones, todo lleno de huecos.
Su hijo es alérgico, padece de amigdalitis y adenoides, se enferma con mucha frecuencia, debido a las condiciones de vida que no son ni regulares, en particular es alérgico al polvo y sin contar que la luz de la luna les da por la noche.
Ada Ibis era maestra primaria, pero tuvo que abandonar su trabajo y no ha podido retomar su vida laboral; en ello influyen la situación de salud de su hijo, las condiciones de la vivienda y su propio estado mental, pues se ha enfermado de los nervios, resultado de tantos años obligada a convivir con su hijo en críticas condiciones, sin ayuda ni amparo de las instituciones que les corresponden atender estos casos.
En numerosas ocasiones ha formulado sus necesidades a distintos organismos de los cuales no ha encontrado respuesta alguna, solo la misma retórica de la falta de recursos para resolver su problema. Como el municipio resultó un marco pequeño, se trasladó a la provincia, pero también hacen caso omiso a los factores de la comunidad que han solicitado ayuda para apoyarla y darle una solución a su situación que empeora a cada instante.
Refiere que nadie ha tomado en consideración los años que ha trabajado en el Ministerio de Educación como maestra y mucho menos de la forma en que se le ha destruido su vida y la de su hijo; aunque ella es un cubano más desatendido.
Quizás cuando el imperialismo le devuelva a Cuba los miles millones que le debe por los daños causados por el “embargo”, el régimen pueda ayudarla a salir de tal situación, mientras tanto solo le queda esperar un futuro que no le llega.
Pinar del Río, septiembre de 2016