Situado en la esquina de las calles 43 y Vivanco, en el municipio de San Antonio de los Baños, está un parque que fue construido no hace muchos años, al cual se le nombró “La Biajaca”, que es una especie de pez que habita -en muy poca cantidad- en las aguas del río Ariguanabo. En el centro de este lugar público se colocó una escultura de este animalito vertebrado acuático; por cierto, que habita en agua dulce, quedando bien identificado a la vista de todos. Para muchos es un monumento a lo que hace mucho tiempo no se puede comer “el pescado”.
En una de las paredes que queda a un costado se hizo a relieve un mapa que describe el curso del río, con un verso de una canción del canta-autor local Silvio Rodríguez que dice: “Soy de donde hay un río”. También se adicionaron unos bancos rústicos alrededor del “pececito” y quedó lista el área de recreación para ser utilizada.
Por su ubicación apartada y lo tranquilo del lugar que rodea este terreno de distracción, se pensó siempre que sería el parque donde se realizarían tertulias literarias, sobre todo, pero también actividades culturales como peñas que tuvieran un carácter más desenfadado e informal. Pero nada se hizo realidad, aquellas personas, en particular los jóvenes con inclinaciones hacia la literatura que esperaban las acciones, nunca las vieron llegar. Incluso las tertulias del ya desaparecido taller literario Cesar Vallejo de la Casa de Cultura del pueblo, nunca se hicieron allí.
Todos aguardaban para que estas prácticas se hicieran en horarios nocturnos, debido a que el Parque de la Biajaca no tiene árboles ni nada que le dé sombra, pero todo quedó en el olvido, porque al parecer se salía del estilo encartonado de las acostumbradas actividades de cultura y de su formalismo “revolucionario”.
Los integrantes del taller literario añoraron siempre un paraje así que estuviera a disposición de la Casa de la Cultura; pero en honor a la verdad hay que decir que luego de haber sido inaugurado el sitio, nunca más los directivos municipales, ni otros, se acordaron del lugar.
Las posibles reuniones de una forma “libre” que permitieran el acercamiento a los jóvenes que se inician en la creación literaria quedaron tronchadas y dentro de poco, quizás, la escultura de la biajaca que le dio nombre al parque, también deje de existir, y quede solo en el recuerdo como las peñas que nunca se llegaron a realizar.
Como conclusión se puede decir que “La Biajaca” se quedó con la boca abierta. Y después Raúl Castro habla de la cultura como un tema político, por lo que se podía concluir que no se ocupan ni de la política.
Artemisa, 13 de setiembre de 2016.