En la primera sesión de la Asamblea Nacional del Poder Popular del año 2010, Raúl Castro se refirió a un conjunto de medidas adoptadas para reducir las abultadas plantillas del sector estatal; en la segunda Lina Pedraza, ministra de Finanzas y Precios, declaró que hasta el año 2015 se incorporarían al sector no estatal un millón 800 mil personas –de forma aproximada- con los nuevos métodos de gestión.
En el transcurso de estos 5 años, deberían haberse materializado esos objetivos, pero no se volvió a hacer mención al llamado “Reordenamiento Laboral” que los amparaba, recogido en el lineamiento 169 del VI Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC).
Si bien se han nutrido las filas de las distintas actividades no estatales, ello no ha significado la existencia de un proceso ininterrumpido sino más bien sinuoso, que no ha respondido a la disminución prevista de la nutrida empleomanía estatal. Hasta fines de 2013 solo se había reducido en 470 mil personas, no acorde con los incrementos en el trabajo por cuenta propia, arrendatarios, usufructuarios de tierras y cooperativas no agropecuarias.
Si bien el trabajo por cuenta propia ha tenido sus vericuetos, desde finales de 2010 a mayo de 2015 creció en 357,2 miles de personas, que significa un total de 504 613 trabajadores de esta modalidad; en agosto de 2014 se informó que el 69% de los inscritos, habían declarado que con anterioridad no tenían vínculo laboral, no guardando este porciento ninguna relación con el llamado proceso de “Reordenamiento Laboral”, ni con la reducción de las infladas plantillas oficiales.
Otro aspecto digno de destacar en esta actividad es que el número de integrantes podría haberse duplicado, dado que según datos del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS), casi al cierre de 2013 se habían producido 407 628 bajas -acumuladas desde 2010- por no haberse podido consolidar y prosperar.
La entrega de tierras ociosas, plagadas de marabú y otras malezas, a más de 200 mil usufructuarios, de los cuales a 43 mil se les rescindió el derecho después de que se presume las habían limpiado, y quedaron sin posibilidad de reclamación, está acorde con lo que Marino Murillo -el actual zar de la economía cubana- había declarado: “el usufructo no es propiedad”, lo que implica que el dueño es el Estado, que hace con esos terrenos lo que estime conveniente.
En el caso de las bajas de los trabajadores por cuenta propia ejecutaron al menos su voluntad, pero los usufructuarios de tierras fueron desposeídos sin su consentimiento.
Faltan apenas 10 meses para el VII Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC), y se supone que deba rendirse cuentas de los 313 lineamientos recogidos en su Congreso anterior y con las orientaciones de Raúl Castro de ir sin pausa, pero sin prisa, muy poco se ha hecho en la mayoría de ellos, como es el caso del “Reordenamiento Laboral”, al que se refiere este trabajo, la liquidación del racionamiento, la eliminación de la doble moneda, por solo poner algunos ejemplos.
Al parecer va a ocurrir igual que con la Resolución Económica del V Congreso, que se incumplió casi en su totalidad y ni siquiera se mencionó en el VI Congreso.
Raúl Castro dijo en su Informe Central al VI Congreso: “Lo que aprobemos en este Congreso no puede sufrir la misma suerte que los acuerdos de los anteriores, casi todos olvidados sin haberse cumplido”, por lo que tendría que repetir que se le cae la cara de vergüenza por los incumplimientos.
La Habana, 18 de junio de 2015.