Con la llegada del verano, ha arribado también la escasez de agua embotellada. Es una época en que se supone abunde el agua mineral, pero como en Cuba no se puede aplicar la lógica con los abastecimientos, sucede todo lo contrario. Ya no resulta casual qué cosas de esta índole -tan absurdas- ocurran en nuestro país.
Estas situaciones de desabastecimientos, de forma regular comienzan por la capital del país, pero después se van corriendo al resto de las localidades más cercanas. Por lo que también se confronta esta dificultad en los municipios de provincias, como es el caso Artemisa.
Con un arribo tan grande de turistas, como el que se ha anunciado ocurrió en el primer trimestre del año, mantener un nivel de abastecimiento que garantice las necesidades de los extranjeros, y sobre todo sus costumbres, es fundamental; pero eso no interesa a los que dirigen el país.
También los meses de calor son apropiados para que aparezcan enfermedades vinculadas al tracto gastrointestinal y se recomienda tomar agua que no esté contaminada. Algunos cubanos que tienen ayuda familiar del exterior, acostumbran a consumir este tipo de agua embotellada, en particular -si les es posible- se la dan a los niños.
Esto indica que con la situación generalizada del manto freático que hay en el país, que reduce el abastecimiento de agua; así como con los problemas de fosas y acumulaciones de aguas albañales que se ligan con las aguas del acueducto, este desabastecimiento de agua mineral embotellada es un poco más peligroso que otros productos que escasean.
Habría que añadir que, si las personas están en la calle, aunque sea paseando, se hace difícil conseguir un lugar para tomar un vaso de agua, por lo que llevan en sus pertenencias una botella de agua mineral de las pequeñas que tiene un precio de 45 centavos de cuc un equivalente a 11,25 pesos moneda nacional (cup), que para algunos es inaccesible, porque significa más que el salario o la pensión que devengan en un día.
Por otra parte, las medidas higiénicas en los expendios de comida y bebida no recomiendan tomar un vaso de agua y mucho menos darlo a un niño. En ocasiones no cuentan ni con detergente para lavar los utensilios y solo los enjuagan, transmitiendo al agua el sabor de cualquier cosa para lo que haya sido utilizado el vaso con antelación.
No obstante, para el turista sí es una constante realizar sus recorridos con una botella de agua mineral, la marca que más se cotiza en el mercado es la Ciego Montero, de hecho, la que tiene mejor presencia y sabor.
Son muchos los factores que hacen que se desaparezca un producto del mercado la mayoría vinculados con la ineficiencia en la economía estatal, pero en estos momentos afecta la falta de transporte y de combustible; así como la adquisición en grandes cantidades de estos productos, por parte de los dueños particulares de cafeterías, restaurantes y otros lugares de expendio de comida y bebida.
Imaginemos como serán los meses más calientes del verano, julio y agosto, para los turistas extranjeros y para los cubanos, con el nivel de desabastecimiento existente, en particular el agua.
La Habana, 26 de junio de 2016.
