Al Suroeste de la ciudad de Guantánamo se encuentra una comunidad conocida como Raposo. Años atrás el número de habitantes de esa localidad era insignificante, pero la creciente demanda de viviendas -fenómeno que se produce a nivel nacional- obligó a varias personas a ocupar terrenos y construir allí sus hogares. Por ende, las exigencias a los dirigentes del gobierno en la provincia, de condiciones para mejorar la calidad de vida, aumentan cada día.
Hoy, luego de varias inversiones y reajustes en el sistema hidráulico de la provincia, el abasto de agua potable afronta disimiles dificultades, por razones como: los salideros en las calles, las roturas de las motobombas que impulsan el líquido a los hogares, la falta de lluvias y las inconscientes acciones de algunas personas que no ven la gravedad del asunto, no solo de la sociedad, pero también del propio régimen. Con las vicisitudes antes mencionadas, no es de extrañar que desde el pasado 19 de mayo del año en curso, los moradores de la zona no reciban agua.
Belkis Reyes, vecina de la localidad desde hace muchos años, expresa que el único sustento de agua en ese barrio por estos días es el río, pero debido a la impureza de este afluente, que incluso está afectado por los caballos y perros que algunas personas bañan allí, solo pueden usarla para lavar o para consumo animal, por lo que se han visto en la obligación de cargarla desde barrios aledaños, cuando menos, 200 metros de sus casas. Este escenario ha dado paso a los oportunistas que de manera inescrupulosa se aprovechan de la necesidad del pueblo y de la ineficiencia del régimen, para vender el barril de unos 120 litros de agua, a 20 pesos en moneda nacional.
Indagando con vecinos del barrio sobre el tema, alegaron que el ciclo que tenían de abasto del líquido por el sistema hidráulico era diario y que cuando falla la motobomba, asignan carros cisternas en lo que se resuelve el problema, pero este servicio alternativo se ha visto afectado también.
Explican que la situación fue puesta en conocimiento del delegado del Poder Popular en la zona y luego de tanto esperar, llamaron en varias ocasiones a la oficina de Atención a la Población, perteneciente a la Dirección Municipal de Acueductos y Alcantarillados, de donde recibieron promesas que nunca se han concretado.
Luego de tantas quejas y actos de presencia de los afectados en las instituciones encargadas, Gregorio, nuevo director de Acueducto y Alcantarillado en el Municipio, manifestó que se estaban tomando las medidas necesarias para reparar en el menor tiempo posible la motobomba, pero que no había combustible suficiente para la distribución de agua con carros cisternas para esa área, pues se estaban priorizando a otros barrios como Monte Sano y Santa Rosa, ambos pertenecientes al municipio de El Salvador, o sea, que el asunto seguiría agravándose para los residentes de esa
barriada.
Solo resta esperar que los directivos de la Empresa de Acueductos y Alcantarillados en el municipio o la provincia se conduelan de la situación de los residentes de la comunidad “Raposo”, algo que no es fácil por la irresponsabilidad con la que se vive en el país.
Guantánamo, 28 de junio de 2016