En un recorrido a pie -porque el transporte es muy difícil- por las calles de la comunidad del barrio situado en el conocido lugar del antiguo Anfiteatro, en el municipio de Manzanillo, provincia Granma; encontramos por los alrededores una bodega (tienda de víveres) llamada “El Horizonte”; donde se expenden productos normados por la mal llamada “libreta de abastecimientos”; colinda con ella, una carnicería y también un merendero para la venta de productos gastronómicos. Pero me llamó mucho la atención que a alguien del Poder Popular se le ocurrió la “brillante” idea de construir -ahí mismo- un deprimente baño público, con una taza sanitaria -sin su tanque de agua- por lo que hay que descargarla echándole el líquido con cubos y se mantiene de manera constante sucia.
En particular las noches son las peores horas, pues cualquier persona realiza sus necesidades fisiológicas en el piso y se amontonan papeles sucios que crean un fétido ambiente que afecta a las unidades de comercio y gastronomía a las que me refería con anterioridad.
Como puerta -el baño en cuestión- tiene puesta una “supuesta” cortina de saco blanco, lo que implica que no existen ningún tipo de privacidad para las personas que tengan que hacer uso de este servicio sanitario.
Por otra parte, el llamado Parque de los Framboyanes, por tener varios árboles de ese tipo, ubicado en la calle Martí, esquina Loynaz que se caracteriza por sus aceras llenas de huecos peligrosos -en lo fundamental- utilizado por niños y ancianos; tiene enfrente la tienda “La Invasión”, y para inaugurarlo, pintaron solo la pared donde los funcionarios del Partido Comunista de Cuba, que estuvieron en la actividad, podían ver, ya que su costado como no se hacía visible no tuvo mantenimiento.
En los alrededores del lugar, hay carritos expendedores de alimentos y refrescos que obstaculizan el paso de los transeúntes, los que se ven obligados a caminar en medio de la calle, sin que nadie actué sobre la situación; será porque el transporte es tan poco que no piensan pueda haber algún accidente.
La funeraria local -que llevan años reparándola- se encuentra en esta misma área, su mantenimiento se centra en el techo y falso techo, además de la pintura. Como los sentimientos ya no forman parte de la ética social; así en estas condiciones se efectúan los velorios de los fallecidos en el pueblo.
Pero no se queda atrás el departamento que tienen al lado, donde se elaboran las coronas que se ofrecen a los muertos, con flores marchitas y de mal gusto, sin mejorar jamás la calidad, a pesar de las quejas de todos los manzanilleros.
En la calle Villuendas esquina a Masó se encuentra la Clínica Estomatológica, visitada por personas de todas las edades y frente un pequeño restaurante conocido de forma popular como “El Palermo”. Desde hace varios meses esta vía quedó rota, lo que implica que puede causar algún tipo de accidente; además de que el agua acumulada en los huecos, atenta contra la higiene del centro asistencial allí ubicado y por supuesto afecta a los pacientes que la visitan.
El gobierno sigue rompiendo calles que luego no arregla o después de reparadas se quedan en tan malas condiciones que es muy difícil para transitar los vehículos. Como no hay una correcta supervisión de los trabajos que se realizan y todo el mundo está involucrado -de alguna forma- para robar los materiales que se destinan a las obras, los salideros de agua que reparan, vuelven a reaparecer, y en muchos casos en peores condiciones.
En el Paseo de la calle Martí -por ejemplo- colocan mosaicos que no son iguales a los anteriores y rompen la estética, cada vez que realizan una chapucería encima de la otra.
Quizás llegue el día en que Manzanillo mejore su entorno y vuelva a ser la ciudad que antaño era; a la que cantó el Benny Moré, todo depende de la voluntad política de los gobernantes, de los presupuestos y de sabias y correctas decisiones, que no es precisamente el estilo de los ue desde hace 58 años ocupan el poder.
Manzanillo, 25 de enero de 2017