Martes , 27 Junio 2017

En la capital artemiseña el transporte tiende a cero

TransporteenArtemisaEl transporte público que llega al municipio Artemisa -que ahora es capital provincial- es muy escaso e insuficiente. La división político-administrativa que se hizo de la antigua provincia Habana, y que la fraccionó en dos: Mayabeque y Artemisa, no ha favorecido mucho en el tema de la repartición de recursos -a la última de las dos- y en particular el transporte.

Hay localidades que pertenecen a Artemisa que se encuentran incomunicadas con el municipio cabecera e incluso con otros y puede decirse que el transporte es casi simbólico.

Este es el caso del municipio de San Antonio de los Baños, en el que solo existe como transporte hasta Artemisa un pequeño camión conocido de forma popular como “aspirina”, que está pintado de blanco, pero tiene una capacidad bastante reducida.

Desde luego este transporte -que además circula pocas veces al día- no cubre las necesidades de la población, debido a que la cantidad de pasaje que hay diariamente desde San Antonio de los Baños hasta la nueva capital artemiseña, es bastante, en lo que ha influido el hecho que en la remodelación provincial, algunos centros de trabajo fueron trasladados para allí y los trabajadores se ven en la necesidad de realizar este recorrido a diario.

Sin embargo, debido a la reducida capacidad del camión que cubre dicho viaje, se quedan muchas personas en las paradas que no pueden subir, ya que el transporte se llena enseguida.

De acuerdo con el hecho de haber convertido el municipio de Artemisa en la cabecera provincial, y de haber tomado la decisión de concentrar allí las principales empresas y unidades productivas, se debió tener en cuenta la problemática de la comunicación entre éste y las diferentes localidades afectadas por haberse movido una cantidad considerable de centros de trabajo y por ende sus trabajadores.

Todo esto afecta –incluso- la productividad del trabajo, pues no en pocas ocasiones se incumplen los escasos viajes establecidos y se quedan sin transportar, las personas que se suponen vayan a realizar actividades productivas.

El régimen de manera constante echa la culpa de la improductividad a los trabajadores y no analiza todos los factores organizativos, materiales y financieros que traen como consecuencia que la fuerza laboral no rinda lo suficiente.

Artemisa, abril de 2016.


 

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