En Cuba existen numerosas personas que piden limosnas y que no tienen un hogar para dormir, vagando por las calles descalzos y vistiendo harapos; así mismo buscando su propio sustento para poder subsistir.
En La Habana Vieja, el emporio de Eusebio Leal, una mujer pide limosnas en la calle, sin una casa donde vivir, ya que según contó duerme donde la coja la noche. Vaga por las calles descalza y vistiendo la ropa que alguien le regala; buscando el sustento para el día. No quiso dar su nombre, pero es un ejemplo de lo que ocurre en un lugar donde proliferan las construcciones para el turismo.
Otra muestra de lo que ocurre allí, es lo que plantea Ángel Castellanos, que vive en calle Sol, entre San Ignacio e Inquisidor, cuando comenta. “El historiador de La Habana le cobra impuestos a todos, incluyendo a los bici taxistas como yo, que trabajamos para el turismo. Lo mismo ocurre con las cartománticas, vendedores de cuadros y artesanías dentro de su propio domicilio, que además de pagarles al Estado tienen que contribuir con un 10% para Eusebio Leal”
La Habana, 2 de octubre de 2014.