La falta de producción sostenida durante más de tres años; así como la corrupción en el sistema de distribución y venta de medicamentos en el país, hacen que el acceso a los mismos por parte de los ciudadanos de a pie, sea un verdadero martirio.
El pasado día 13 de febrero, me dirigí a la farmacia sita en San Pedro y Ayuntamiento, en el capitalino municipio de Plaza, donde se encuentran situados los medicamentos controlados que me corresponden por la tarjeta que existe al efecto (conocida de forma popular como “tarjetón”). Mi objetivo era comprar el Salbutamol Spray que tengo recetado porque soy asmático.
Debo acudir a esta farmacia a adquirir mis medicinas, aunque tengo una a menos de 150 metros de mí casa; en la que había en existencia el fármaco; pero de acuerdo a la distribución de la población por establecimiento, la que me queda lejos es la que me “toca”.
Para mi asombro, trataron de desviarme de la calle San Pedro al establecimiento principal del municipio que queda en La Rampa, en la barriada del Vedado; pero allí se había agotado el medicamento, entonces la transferencia (se conoce como desvío) se hizo para la farmacia principal del municipio Cerro que está situada cerca del Estadio Latinoamericano.
En ambos casos -para llegar al lugar- debo tomar dos ómnibus de pasajeros, imagínense que frustración teniendo el spray a pocos metros de mi casa, con la difícil situación que tiene el transporte en la capital. Serviría de consuelo pensar que esta absurda distribución se hace todavía más complicada para los habaneros que viven en los municipios periféricos, por ejemplo: Boyeros, sus pacientes pueden ser enviados a la farmacia principal del municipio 10 de Octubre; si en el momento de adquirirlo la de su municipio no tiene situado el producto buscado, en este caso las distancias son mucho más grandes y complicadas y el sistema de transporte público también.
En días pasados el Dr. Roberto Morales Ojeda, Ministro de Salud Pública (MINSAP), realizó reuniones masivas con administradores de farmacias echándoles la culpa de la deficiente distribución de medicamentos en el país; pero lo que no dijo fue el poco abastecimiento que existe; así como las pésimas condiciones de trabajo que tienen en algunos locales. Según personas que se encontraban presentes, pudimos conocer que hubo serias protestas en el encuentro, pero lo real es que les atrasaron casi una semana el cobro del salario del mes y ganan un promedio de 325 pesos moneda nacional, el equivalente a 13.00 dólares.
Otro aspecto debatido en esa reunión fue la no localización de los medicamentos, para permitirle al cliente que pueda dirigirse a otro establecimiento a comprarlo; pero la realidad es que, si la cuenta del teléfono de cualquier farmacia se pasa de la cuota en pesos establecida, le rebajan el salario a todos los trabajadores de la botica (como se les solía llamar).
Después de dos años de carencias en los medicamentos, en el mes de octubre del 2016, la empresa BioCubaFarma explicó que la deficiencia en la distribución de fármacos se debía a la falta de dinero para pagar los compromisos de adquisición de materia prima, así como otros -ya fabricados- que se compran el exterior.
Hay patentados en el país más de 1 500 medicamentos, que se venden a unos 50 clientes; la vacuna contra el cáncer de pulmón CIMAvax-EGF, desarrollada por el Centro de Inmunología Molecular se ha convertido en la punta de lanza para penetrar el mercado norteamericano, tras ser aprobados -en octubre de 2016- los primeros ensayos clínicos de un producto cubano en Estados Unidos.
Según se ha anunciado del 1ro. al 25 de este mes de marzo, los Diputados a la Asamblea Nacional del Poder Popular, pasarán revista a los acuerdos del 8vo. período de sesiones de la 8va. Legislatura que se efectuó de forma muy breve en diciembre del pasado año. Dentro de los objetivos que estos legisladores tienen, no cuenta -ni siquiera- el análisis de la situación que representa la falta de insumos y medicamentos tanto en las farmacias como en la mayoría las instituciones de salud.
La comparación con el Vía Crucis, es que los cubanos pasamos una senda dolorosa buscando los medicamentos, pero llegamos a la casa con la cruz a cuesta y ¡sin las medicinas!.
La Habana, 11 de marzo de 2017.