Martes , 27 Junio 2017

El verano, el petróleo y las dificultades

En el municipio de Manzanillo perteneciente a la provincia Granma, al igual que en el resto del país, comenzó el verano que ha sido bautizado por las entidades gubernamentales con el altisonante nombre de “Sumando Alegrías”.

La población -los niños y jóvenes en particular- que están de vacaciones por el fin de curso escolar se encuentran ávidos de actividades recreativas; entre ellas de disfrutar de piscinas y playas para atenuar el agobiante calor que se ha recrudecido por los ataques constantes que el hombre ha hecho a la naturaleza.

Pero las perspectivas de los manzanilleros se han visto ensombrecidas por las crisis que atraviesa Venezuela que ha provocado la reducción del suministro de petróleo que recibe Cuba. El gobierno municipal anunció una reducción del cincuenta por ciento de las cifras asignadas y comenzaron las medidas restrictivas; entre ellas el transporte urbano, así como el rural e intermunicipal redujeron el número de viajes y las empresas estatales que iban a apoyar con sus transportes a trasladar a los veraneantes a campismos y excursiones se vieron obligadas a suspender la ayuda de camiones u ómnibus, lo que convirtió en agua el entusiasmo poblacional.

También el comercio y la gastronomía han sufrido los embates de la crisis petrolera, las tiendas recaudadoras de divisas han variado su horario y ahora es de 7:30 am a 2 pm y en muchos casos sin climatización; lo que se extiende a cafeterías y mercados de la Cadena Ideal que expende productos a precios diferenciados; así como la Empresa de Ópticas y Farmacias y otras unidades como bares.

Algunos establecimientos están oscuros por no tener suministro de fluido eléctrico, por haber consumido las cifras de kilowatts pactados para el mes y son penalizadas por la Empresa Eléctrica con esta rigurosa medida.

Otra entidad estatal afectada es la Empresa de Servicios Comunales que se supone priorizara con sus camiones la recogida de desechos sólidos al centro de Manzanillo y contratara carretones de tracción animal para la llamada parte alta, ofreciendo pagar un salario mensual de mil pesos cubanos (cup); pues tampoco cuenta con el número necesario de estos carromatos para cubrir las necesidades reales.

A esto se suma la posibilidad latente de los temidos apagones en el sector residencial que no solo traerán oscuridad sino que obligaran a las amas de casas a cocinar sus alimentos con leña y en el mejor de los casos con carbón vegetal o keroseno; lo que al igual que en otras ocasiones, propiciará el alza de enfermedades respiratorias agudas (ERA); enfermedades oculares como la conjuntivitis e impedirá en muchas viviendas a hervir el agua para poder consumir un agua segura y poder prevenir enfermedades diarreicas agudas (EDA), por bacterias, parásitos, etc. y que pudiera regresar a esta región el mortífero cólera.

Se puede traer a colación el conocido refrán popular: “todo lo que brilla no es oro”.

 


 

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