Clara Elena Lago Juan es una señora que vive en Río Seco La Tinaja, municipio San Juan y Martínez, provincia de Pinar del Río. Ella padece desde hace treinta años de Linfangitis Crónica, y en muchas ocasiones le impide el poder caminar, además de ser asmática y la mayor parte del tiempo está fatigada.
Esta señora a lo largo de dieciocho años ha estado trabajando en escogidas de tabaco del Estado como seleccionadora en diferentes municipios; en San Luis cuatro años y en San Juan y Martínez catorce; lo que implica que debería tener un expediente laboral -como cualquier otro trabajador-con unos cuantos años de labor consuetudinaria, pero no tiene ninguno habilitado.
Según le explican durante la escogida V-12-6 se lo cerraron, porque ella estuvo un año de certificado médico en su casa. Es por eso que desde hace trece años se encuentra trabajando por contrata y nunca más le han querido abrir un expediente, para poder tener constancia de sus años de trabajo.
En varias ocasiones se ha presentado al Sindicato Tabacalero Provincial para solicitar que se le ayude en su jubilación por peritaje médico, porque producto de su enfermedad no puede seguir trabajando en esas condiciones. Las respuestas han sido insatisfactorias, pues le han planteado que no pueden hacer algo al respecto si no tiene un expediente laboral y que además hay trabajadores con otras enfermedades más graves y no se les da la jubilación.
También ha mostrado como testimonio sus contratas de trabajo junto a los años acumulados en otra escogida, la V-12-46 y ha planteado que nunca le han querido abrir un expediente laboral; lo cual es decisivo para ella, porque necesita un retiro para poder sustentarse, porque no cuenta con ningún tipo de ayuda y vive sola en condiciones no favorables.
Clara está preocupada no solo por su salud, sino también por su vejez, sabiendo que la situación económica del país es pésima y tiene como comprar los medicamentos como el naproxeno que tiene un valor de 6,00 pesos en moneda nacional; pero no se encuentra y hay que buscarlo en la bolsa negra; porque a ella no le puede faltar, lo toma cada 8 horas de por vida; y también la aminofilina para el asma.
A pesar de tener una enfermedad no curable, a Clara le gusta laborar para no depender de nadie y poder sustentarse por sí misma; pero por infortunio, le es imposible poder asistir al trabajo, porque incluso, la mayoría de las veces no puede ponerse zapatos debido a la inflamación de los pies.
Toda su aspiración consiste en que el sindicato la ayude para para que su problema sea solucionado y no tener una vida con más sufrimiento de la que ya está viviendo.
Pero esta aspiración de Clara es muy grande en la “Cuba Revolucionaria”, donde se supone que los obreros cuenten con el respaldo de su correspondiente sindicato; porque en los centros de trabajos, cada trabajador tiene que cotizar una parte de su salario mensual, como pago de la Sección Sindical a la que pertenece. El problema está en que la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) no es más que otro brazo de la dictadura y por tanto no cumple con los objetivos de ser una organización que defiende a los trabajadores, por el contrario, es un organismo más del Estado, de cuya nomenclatura forma parte su Secretario General.
Pinar del Río, 31 de enero de 2017