El mercado Garayalde de la provincia Holguín, ubicado en la calle del mismo nombre, en el reparto Libertad, fue recién restaurado, al parecer con el ánimo de solucionar un grupo de necesidades de la población, ofertando algunos productos de alta demanda que en toda la provincia sólo se encuentran en este lugar; lo que genera una gran concentración poblacional.
Este mercado, único en su tipo para los holguineros, concentra productos como: leche condensada, galletas de sal y dulce, refresco instantáneo, sorbetos, caramelos, chocolate, chícharo, arroz, azúcar, cárnicos, pastas alimenticias, masa de croquetas, cajas de helado, queso, yogur, cajas de pollo, huevo, pan, bebidas y licores.
Debido a este surtido, que no es ni de forma remota el idóneo, pero difícil de superar en la región, todas las mañanas, desde horas tempranas, más de 700 personas se congregan en el lugar y a la hora de su apertura, entran al establecimiento, rompiendo la cola con marcada violencia.
Justo antes de entrar al mercado, tanto directivos como trabajadores, lo primero que ofertan gratis, es el maltrato verbal que ha tendido –incluso- al enfrentamiento; pero en su mayoría, las ofensas que se hacen a los allí presentes, atentan contra su dignidad, con palabras que van desde: “parecen vacas en un potrero” hasta “muertos de hambre”, por tan sólo mencionar algunas. Como propina a la humillación y el maltrato, tienen además a la policía que se encarga de mantener “el orden” con iguales improperios, pero con la diferencia de empujones, golpes, tonfasos, arrestos y multas.
Dentro del mercado Garayalde, que se supone está destinado a la venta de productos al pueblo trabajador, se pueden encontrar mercancías con precios que no están al alcance de un salario promedio como: queso fundido a 30 pesos la libra (moneda nacional cup), trozos de fruta bomba en almíbar a 135 cup la lata y la de coco rallado 155 pesos; la mezcla de polvo para batido 50 pesos el paquete, la caja de helado chica 70 pesos y la grande 95; el refresco instantáneo 25 pesos el paquete pequeño; sirope a 40 pesos el frasco de dos litros.
Además, el mercado tiene precios mayores que otros establecimientos en algunos productos, como por ejemplo la brillantina líquida para el cabello que en la Plaza de la Marqueta cuesta 15 y 25 pesos, aquí vale 25 y 50 respectivamente.
Habría que preguntarse si estos precios están pensados para el salario de un trabajador cubano o para otros estratos económicos más solventes.
Lo cierto es que su reapertura, está más abierta para las grandes y casi interminables colas de revendedores, que para los pocos trabajadores y pensionados que llegan al lugar. Algunos desde tan lejos como los municipios Rafael Freyre y Mayarí, para al final no alcanzar lo que realmente vinieron a buscar.
Si bien es cierto que en la capital del país la vida es difícil, lo es mucho más para el interior, donde se agudizan todos los problemas, incluyendo los de abastecimiento.
Holguín, 7 de junio de 2016.