Situada en la manzanillera Ave. Masó, la unidad Cayo Confite ”La Licetera”, fue famosa por sus ventas de licetas, un pez muy popular en esta zona del país.
Es un lugar acogedor frente a las aguas del Golfo del Guacanayabo, pero en estos momentos, por la escasez de este producto, se ofertan otras variantes como el macabí con arroz congrí y ensalada con un precio de 13.80 cup (moneda nacional) la ración.
Las pocas licetas que entran en la unidad, son utilizadas para venderlas en actividades especiales, como en las fiestas de carnavales que se llevaron a cabo muy reciente en el municipio.
Casi nunca aparece en tablilla, lo que era antes común leer, la venta por 5 cup de una liceta frita abierta por el medio con un pequeño queso amarillo o dos licetas fritas sin guarnición a 6 cup; porque al ser tan deficiente el abastecimiento, lo que destinan al consumo del público que visita el lugar, se agota de forma rápida.
Al lado de esta licetera se encontraba –20 años atrás- una fábrica de hielo, donde se elaboraban enormes bloques que eran utilizados en la actividad gastronómica, allí ha quedado una fosa abierta llena de agua sucia y de todo tipo de basura, contaminando el medio ambiente de los alrededores.
De igual forma un enorme caserón de placa, abandonado, sirve de baño público a personas y animales que transitan por el lugar, aportando también sus desagradables olores.
El municipio de Manzanillo era conocido por sus licetas, que están perdidas de la circulación local, pero además de estar afectado por el desabastecimiento, el lugar donde las vendían tiene impuesto un régimen de descuido y ruinas a su alrededor, porque lo que se destruye no se arregla, aunque afecte la comunidad.
Manzanillo, 15 de setiembre de 2015.