La terminal de ómnibus Rubén Cabrera Lastre, que se encuentra situada a la entrada del municipio de Manzanillo, provincia Granma; ha sido remodelada en varias ocasiones pero su deterioro se hace cada vez más creciente, como es lógico por la falta de preocupación y ocupación de los dirigentes del gobierno local.
En su interior y exterior hay casi una ausencia total de iluminacion, por carencia de lamparas de luz fría de 20 y 40 watts. Al ser un lugar tan apartado, la oscuridad se presta para asaltar o robar los equipajes de los pasajeros.
Su falso techo está en total deterioro, por las filtraciones de los aguaceros locales constantes que ocurren en Manzanillo. Una pequeña cafetería y dulcería con pocas ofertas y falta de higiene se puede constatar en el lugar.
Por otra parte la consola de aire acondicionado en el salón de espera está rota, lo que hace que en el sitio donde mayor tránsito hay en la terminal, exista un calor extremo. Tampoco podrá tomar agua, porque el bebedero preparado al efecto no está en uso.
Las instalaciones hidrosanitarias están sucias, no hay agua para descargarlas. El deterioro de una parte del andén de donde salen las guaguas y carros, se ha convertido en un peligro, lo que implica que se puede producir un accidente y poner en riesgo la vida de los viajeros.
Por la ubicacion que tiene la terminal, todos los vehiculos del pueblo pasan por allí con destino a las provincias y municipios aledaños; pero en el horario comprendido entre las 11 pm y las 6 am, no pueden hacer uso de la instalación que cierra sus puertas en este espacio de tiempo.
Los pasajeros que se ponen en lista de espera, en particular para hacer viaje a la capital, no tienen ni donde guarecerse, y con la cafetería cerrada y poco abastecimiento, tampoco cuentan con algo para alimentarse mientras esperan que al día siguiente se efectúe la salida del próximo ómnibus.
Además como el transporte local es prácticamente inexistente, casi todo el mundo depende de los coches de caballos nombrados cativanas, que no circulan de noche, y no pueden regresar al pueblo, porque tendrían que caminar kilómetros para poder llegar.
En fin que todo es un programa para hacerle difícil la vida al cubano de a pie.
Manzanillo, 15 de septiembre de 2015.