Martes , 27 Junio 2017

Juguetes peligrosos

Uno de los problemas más serios por los que atraviesa la niñez en el país, es la falta de juguetes para su formación social y espiritual. En un momento de la historia del régimen, se vendieron juguetes durante el mes de julio que se consideraba la fecha de los niños. Se utilizaron diversas formas para realizar la venta, había un juguete básico y dos adicionales y hasta un Ministro de Comercio Interior inventó sacar el turno en la tienda por teléfono para evitar las colas. Esto le trajo como consecuencias que le asignaran el apodo de “Serafín ring ring”.

Hoy en día en las llamadas “shoppings” lugares de venta en divisa, hay juguetes, pero la mayoría de los padres no tienen moneda convertible (cuc) para acceder a ellos y mucho menos con los precios exorbitantes a que los comercializan, en algunos casos mayor que lo que gana cualquier ciudadano promedio en el mes.

También los más pequeños de la familia carecen de lugares para la recreación, en particular esto es peor en los municipios de las provincias del interior del país. Pero en estos momentos hay que añadir la pésima situación económica por la que atraviesa el pueblo de Cuba en general.

Como es natural los niños tienen inquietudes, horas de recreo durante el día, que se vieron incrementadas en las recién terminadas vacaciones y con el fin de distraerse comienzan a inventar cosas. Ese es el caso de la elaboración de artefactos explosivos para su distracción.

En Güira de Melena, municipio de la provincia de Artemisa, estos ingeniosos artefactos están presentes en los vecindarios marginales del poblado, donde los menores -al estar privados de juguetes reales- optan por elaborar peligrosos pequeños petardos. En barrios como “El Pekín”, “La Guerrilla”, y en las zonas rurales de la demarcación es muy frecuentes encontrarse con estos niños corriendo un gran riesgo.

Conversé con algunos de ellos y con su inocencia habitual,  explicaron de la forma que elaboran los artefactos y los medios que utilizan para su confección, sin ni tan siquiera imaginar el gran peligro al que están expuestos, cada vez que un petardo de estos hace contacto con el suelo.

Lo más alarmante de la explicación del menor, fue contar que el ingrediente principal para fabricar las “bombitas” es la pólvora, la cual algunos sustituyen por los tradicionales fósforos, pero con pólvora la explosión es mayor y hace más ruido, que es precisamente el objetivo para el cual se realiza el “juego”.

Si bien es cierto que resulta molesto para los vecinos de las comunidades el sonido que se produce al impactar el artefacto contra el piso, lo más preocupante es saber el potencial riesgo que corren estos niños, la despreocupación de sus padres, el descontrol de los órganos gubernamentales por permitir que manos inescrupulosas comercialicen a estos infantes este material explosivo.

Los que hacen las “bombitas” con fósforo, pueden comprar una caja a  2 pesos moneda nacional (cup) en el mercado negro.

Aunque José Martí dijo que los niños son la esperanza del mundo, para los que tienen que cuidar de ellos aquí en Cuba, no está muy claro este pensamiento.

Artemisa, 15 de setiembre de 2015.


 

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