Martes , 27 Junio 2017

Desdichas de un parque manzanillero

La glorieta morisca cuando mostraba todo su esplendor.

Situado en el centro de Manzanillo, en la provincia Granma se encuentra el parque Carlos Manuel de Céspedes, lo que fuera un bello lugar para el descanso y esparcimiento de adultos y niños. Posee una joya arquitectónica, la “Glorieta Morisca” inaugurada el 24 de junio del año 1924, con sus materiales fundamentales importados de España y que es una réplica de la que existe en la ciudad española de Granada.

En la actualidad este lugar provoca tristeza a los manzanilleros, que ven cómo la remodelación de este sitio lleva meses y meses sin que se avizore la culminación de esta obra, lastrada por disímiles motivos: falta de presupuesto, la no llegada de cemento y arena; así como la necesidad de mano de obra ocasionada por los bajos salarios que reciben los operarios y por qué no mencionar la morosidad de los funcionarios gubernamentales locales, que no muestran su interés para el éxito de la inversión.

Se destaca -que debido a otras remodelaciones-, la glorieta ha perdido -se puede estimar- una tercera parte de sus materiales originales; así como ha variado el color de los ornamentos, ahora exhibe una policromía distinta a la del proyecto realizado el pasado siglo.

Además de que su estructura arquitectónica esta deteriorada, conspira para su restauración la posible desintegración de la brigada dedicada a la reparación del patrimonio nacional.

Otra situación que empaña la majestuosidad del parque es su descuidado entorno, hay un cabaret llamado Salón Rojo sin funcionar por varios años y en franco deterioro, la Cafetería 1906 y en su parte superior el hotel San Luis; la primera por remodelar durante prolongado período de tiempo y el hotel ya demolido.

Para finalizar todo este abandono constructivo, en el emblemático y antiguo Palacio Municipal, hoy sede de la Asamblea Municipal del Poder Popular, hay un reloj en el cual sus manecillas se detuvieron en el tiempo y nunca más se escucharon sus campanadas, que anunciaban la hora a quienes ansioso se preocupaban por ella.

En fin, no hay esperanzas para que llegue el día en que los manzanilleros puedan contemplar con orgullo y júbilo la tradicional belleza del querido Parque Céspedes.

Manzanillo, 28 de julio de 2015.


 

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