Llegué hace unos días a Céspedes, lugar donde tengo mi casa, y entre las cosas que llamaron mi atención estaba un cartel, en uno de los merenderos del pueblo, con el siguiente anuncio: “Todos los comestibles se le incrementarán 0.10 ctvs por concepto de CUENTA ESPECIAL”
Inmediatamente vino a mi mente una pregunta lógica ¿Qué es la cuenta especial y para qué se utiliza? Y ante la inquietud y haciendo uso de mi derecho ciudadano, según lo expresado en el artículo 63 de la constitución de la Republica: “Todo ciudadano tiene derecho a dirigir quejas y peticiones a las autoridades y a recibir la atención o respuestas pertinentes y en plazo adecuado, conforme a la ley.” comencé a indagar en los lugares correspondientes.
El día 25 de agosto, en ese mismo merendero le pregunté a Hortelio, el dependiente, me dijo que no sabía, que eso lo habían puesto pero que él no sabía nada, ni siquiera qué era la cuenta especial, como me hacía camino llegué a la empresa municipal de comercio, allí solo estaba Betsy, quien atiende defensa y puesto de mando, me explicó que no sabía bien, pero que eso era por los carnavales y esa cuenta especial era del ministerio de cultura, que viniera al otro día y pidiera un despacho con el director, seguí mi camino y llego a otro merendero, allí me recibe Ariel, quien me muestra una Resolución del Consejo de la Administración Municipal (CAM) autorizando al cobro de 0.10 ctvs como gravamen a los productos alimenticios, 0.20 ctvs a la cerveza o al ron y que esto se haría en las fiestas populares, sin embargo mis preguntas iniciales permanecían sin respuesta.
Al día siguiente, 26 de agosto, fui a la Empresa Municipal de Comercio, allí me recibió Pérez-Ibáñez, director municipal de la misma, quien me explicó que la cuenta especial era una cuenta a la que se le aportaba el gravamen de los productos vendidos durante las fiestas populares (carnavales) y que lo que se recaudaba se utilizaba para pagar a las orquestas musicales que eran contratadas por el municipio para estas festividades, así como otros gastos relacionados con dichas fiestas.
En Céspedes, los carnavales comenzaron el 22 de julio, ya había pasado más de un mes y aquello seguía cobrándose, la respuesta del director municipal ante esta inquietud fue que durante los tres días de carnavales era imposible vender todo lo que estaba planificado con ese gravamen y que además el CAM estaba considerando la etapa vacacional como fiestas populares y que por esas razones se seguía cobrando, le pregunté si el CAM no tenía aprobado un presupuesto para esas fiestas populares y me respondió que no, además se me hacía difícil entender que una gran cantidad de personas tuvieran que pagar a “los músicos” que ellas mismas no iban a escuchar, a esto se añade el hecho de que la opinión popular había manifestado, Facebook incluido, la pésima calidad de esas celebraciones en este municipio. Antes de irme el director me preguntó que si yo venía a título personal o a nombre de alguna organización, solo le respondí que venía como ciudadana y que sí que venía a nombre de una organización: el pueblo. A pesar de sentirme inconforme con la utilidad de la famosa cuenta especial, me dirigí a mi casa y no hice más nada al respecto.
Hoy, 27 de agosto, a la 1.45 pm llega a mi casa el oficial de la Seguridad del Estado que dice llamarse Manuel y me comunica que a las 2pm debo presentarme en la Estación de Policía, al llegar a la misma, con su tono arrogante y prepotente de siempre me recibe el oficial que dice llamarse René, allí también estaba el director de la empresa de comercio, no era casualidad, me habían citado para levantarme una carta de advertencia por: manifestaciones públicas contrarrevolucionarias al divulgar información estatal y que si lo volvía a repetir iba a ser acusada de espionaje.
Ante mi reclamo de que ejerciendo mi derecho ciudadano había ido a preguntar algo de manera oficial para mi conocimiento y para lo cual quería una respuesta, lo que además no era secreto estatal sino una información pública, el oficial Rene me dijo que eso era mentira mía que ya yo lo había publicado en las redes y que además cualquier ciudadano lo podía hacer pero yo no, porque yo era una mercenaria al servicio del imperialismo y una aprovechada, me pidieron que firmara la carta de advertencia a lo que me negué, además me “advirtieron” que me fuera de Céspedes, que aquí yo no iba a “hacer carrera”, pero que mi se quedaba les daba igual porque eran bastante los galardones que habían obtenido y seguirían obteniendo si lograban controlarme aquí .
Muchas preguntas pueden surgir de este, un encuentro más de los ya tantos que he tenido con la Seguridad del Estado, pero yo me pregunto: ¿Qué ley o qué autoridad, por el hecho de ser opositores o disidentes, puede limitar nuestros derechos ciudadanos? ¿Cómo una simple pregunta puede constituirse en un delito contra la Seguridad del Estado? ¿Hasta cuándo nuestra más básica libertad de expresión y de búsqueda de información va a ser un delito en nuestro país? Al parecer, en el Municipio Céspedes, en Camagüey, que según todo indica se rige por una ley especial, preguntar es un delito.