Algo llama la atención de cualquier observador imparcial de la realidad cubana, es la indefensión de los trabajadores ante las decisiones arbitrarias de los dirigentes estatales. En particular está la situación de los trabajadores agrícolas, en específico los que laboran en las llamadas Cooperativas de Producción Agropecuarias (CPA), quienes la mayor parte de las veces hacen su trabajo sin los medios imprescindibles.
Pero una forma clara de atropello a los derechos elementales de quien trabaja, no es ya siquiera el bajo salario que reciben los que hacen labores agrícolas, sino el hecho insólito de que muchas veces ese dinero se les retire una y otra vez. El motivo alegado por la dirección de esas cooperativas es que las pérdidas son mayores que las ganancias, lo que hace que carezcan de recursos financieros para pagar a sus trabajadores, los que no tienen posibilidad de reclamar, ni demandar a sus empleadores.
Un botón de muestra de esta anomalía, es la situación de los trabajadores de la CPA “Eduardo García” en Bejucal, provincia de Mayabeque, quienes no han podido cobrar su salario durante las últimas ocho quincenas, cuatro meses de trabajo sin sueldo.
Pero esto quizás es una forma de extorsión. Quien observa este panorama puede deducir que el derecho a recibir retribución por el esfuerzo realizado, un principio elemental de la Declaración Universal de los Derechos Humanos se viola con pasmosa impunidad.
Mayabeque, 25 de julio de 2014.