Martes , 27 Junio 2017

Comunidad San Vicente, Cayo Espino

SantaAnadeSanVicentedeCayoEspinoLa mayoría de las personas con pocos o sin recursos se ven en situaciones críticas ya que carecen de economía para poder hacerle un pequeño arreglo a su vivienda, ya sea mejorar las condiciones de sus techos para evitar las goteras, filtraciones o poder construir un baño sanitario para poder realizar sus necesidades fisiológicas de manera decente, pues no encuentran ayuda del régimen para mejorar o disminuir sus carencias.

Esto es lo que sucede en el municipio de Manzanillo, provincia Granma, en la comunidad de San Vicente, Cayo Espino; donde reside Santa Ana Romero Pujol de cincuenta y ocho años de edad y que hace unos diecisiete años es impedida física y recibe una pequeña asistencia social de ciento cuarenta y siete pesos cubanos (unos 6 dólares) para cubrir su alimentación, medicina e incluso los pagos de la casa como el agua y no le alcanza para llevar a cabo el arreglo de su vivienda, que se encuentra en estado crítico.

En el año 2007 el coordinador en ese momento de la ACRIFLIM (Asociación Cubana de Limitados Físicos-Motores) Manuel Rodríguez García, le expresó que no podía entregarle recursos pues no los tenía y hasta el momento se fue agravando más la situación de su vivienda, cuando hace cuatro años fue afectada por un ciclón.

En septiembre del pasado año, el Presidente del Gobierno de Manzanillo, durante una visita que realizó al barrio en Cayo Espino le informó que lo único que tenía para darle eran unas tejas de cartones negros que le habían quitado a los quioscos de los carnavales. Ella no las aceptó por ser de cartón y no tener madera para las paredes.

A pesar de ello, Santa Ana manifiesta que los dirigentes en Cayo Espino tienen un aserrío y madera para entregarle para poder realizar la reparación a su vivienda, no se la dan porque no quieren. La delegada  del Poder Popular en su Circunscripción, llamada Mailén Lastre, le planteó que no le pueden resolver porque su caso no está registrado; sin embargo posee licencia de construcción y le entregaron cinco palmas nuevas que de ellas no se pudieron sacar tablas para la casa.

Ahora el Responsable del Consejo de la Administración de esta área rural, llamado Jorge Labrada Tornes, le comunicó que iban a borrar todo lo anterior y comenzar su caso de nuevo. Pero hasta ahora nadie le ha dado respuesta.

La trabajadora social no le ha entregado el módulo de las ollas, porque tienen tendederas o sea el fluido eléctrico no está contratado con la empresa abastecedora. Incluso le tomaron las medidas de los zapatos y tallas de ropas y no le han hecho entrega de los mismos. Hay que destacar que en la última ocasión que recibió estos artículos, las ropas estaban rotas y tuvo que desecharlas.

Cocina con leña, no tiene mesa ni asientos por lo que tiene que comer sentada en el piso, tampoco posee una cama solo un pequeño colchón que se ha ido deteriorando por la lluvia que penetra en el local. El piso es de tierra y realiza sus necesidades fisiológicas en una letrina en malas condiciones que provoca fetidez en el entorno que la rodea.

Manzanillo,  2016


 

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