Sr. Christian Leffler,
Director Ejecutivo para las Américas
Servicio Europeo de Acción Exterior
Parlamento Europeo
Madrid, 29 de Noviembre de 2015
Estimado Sr. Leffler,
La Habana y la Unión Europea volverán a la mesa de negociaciones el próximo martes 1 de diciembre en Bruselas. La reunión, que durará dos días (1 y 2 de diciembre), es la sexta que realizan ambas partes en busca de un Acuerdo de Diálogo Político y de Cooperación.
Esta vez, según el Gobierno cubano, “las delegaciones se concentrarán en trabajar para la conclusión de las partes (…) relacionadas con el comercio y la cooperación, y continuarán las conversaciones sobre la parte vinculada con el diálogo político”, que comenzaron en La Habana durante la quinta ronda, efectuada en agosto de 2015. Asimismo, “sostendrán intercambios preliminares acerca de los principios que deben regir el acuerdo y su preámbulo”, y “sobre sus disposiciones jurídicas finales”.
Tras la ronda anterior, como negociador principal de la UE con La Habana, dijo a la prensa que en el tema del comercio se había “avanzado hacia un casi entendimiento en todas las dimensiones”, al igual que en el de cooperación, “un capítulo mayor”, y sobre el complejo diálogo político, afirmó que se “profundizó por vez primera”.
Es deseable que el cambio político en Cuba se haga de forma pacífica, con la colaboración de todas las partes, pero para ello es necesario poner a todos los cubanos en igualdad de condiciones, y es por esto que le enviamos esta carta.
Es un deber para nosotros recordarle que en Cuba no se respetan los derechos básicos de los cubanos y en el marco que contempla el acuerdo debemos de hacer especial hincapié en los derechos políticos y económicos. El gobierno cubano mantiene un férreo control sobre la oposición pacífica en el país y al mismo tiempo mantiene, entre otras facultades, la de ser el contratador único, así como la de negar la personalidad jurídica a ONGs que actúan con independencia ideológica, lo que impide a la sociedad civil cubana cualquier tipo de vinculación institucional nacional o internacional.
Se espera que el Acuerdo de Diálogo Político y de Cooperación lleve progresivamente al desmantelamiento de la Posición Común, con la cual desde 1996 la UE exige a La Habana respeto a los derechos humanos y transformaciones democráticas.
Esa política “es un punto de referencia para nosotros”, dijo usted en agosto pasado, pero “se adoptó hace 18 años”. Asimismo consideró que “la situación actual no es totalmente la que era hace casi 20 años”. Es verdad que la situación actual no es idéntica a la anterior. Ninguna lo es en ningún país con el paso del tiempo, pero es importante tener en cuenta que en Cuba el gobierno es el mismo desde hace medio siglo y no se han realizado reformas estructurales, jurídicas, o políticas verdaderas. Sólo se han escenificado algunas escenas de transformaciones que en todo caso ha sido un giro de 360º con el cual pretenden confundir.
El Observatorio Cubano de Derechos Humanos cree que la Unión Europea tiene una oportunidad de ayudar a marcar este camino de derechos y libertades para la sociedad civil cubana, ya que tiene una gran experiencia histórica en procesos similares. Creemos que La Unión Europea sería un magnifico mediador entre el gobierno cubano y los representantes de la sociedad civil independiente. El gobierno cubano parece dispuesto a negociar con actores internacionales sin “bajar al terreno” y dialogar con los cubanos.
Lamentablemente, si obviamos, que el gobierno cubano no ha ratificado los Pactos de Derechos Políticos, Económicos y Sociales de Naciones Unidas ni los convenios de la OIT, correremos el riesgo de dejar desamparada a la sociedad civil independiente cubana y reanimar un régimen restrictivo enquistado en su ideología y preocupado por su propia supervivencia.
Es en su experiencia y en su buena voluntad en la que aún confiamos.
Sin otro particular, reciba un cordial saludo,
Alejandro González Raga Elena Larrinaga de Luis
Director Ejecutivo Presidenta
[En la imagen, la Presidenta del OCDH, Elena Larrinaga de Luis, entregando la carta en la sede de la Unión Europea en Madrid