Las transformaciones económicas que el Gobierno de Cuba impone en el país a cámara lenta y obligado por el fracaso del socialismo ha creado una enorme ilusión. Lo malo del caso es que el ensueño provocado por las aperturas del régimen se hace materia nada más que en las carpetas de los inversionistas extranjeros y en las vidas de un sector de la sociedad criolla vinculado a los grupos de poder.
Los capitalistas ven la posibilidad de participar con su dinero y hacer negocios en los dominios que arruinaron los funcionarios del Estado y su sistema fallido. Los herederos de la nomenclatura, los parientes de quienes administran la isla como una finca particular, aprovechan sus privilegios para abrir bares y restaurantes que tienen como clientela el turismo y los pocos cubanos con acceso a dólares o euros.
El delirio de los cambios del régimen, que ha causado entusiasmo también en la Unión Europea, no tiene fuerza para llegar, por ejemplo, a importantes grupos de jóvenes aferrados a la idea de hallar su bienestar fuera de Cuba.
Muchos utilizan las vías legales para salir del país y esos viajes definitivos no suelen tener espacios en los medios. Pero el escenario real de frustración y desesperanza ha provocado el repunte de una categoría de viajeros que atrae a la prensa. Son los balseros, personas que inventan aparatos extraños que flotan y navegan y se juegan la vida por cumplir otros sueños.
Esta semana nueve hombres llegaron desde la provincia de Camagüey a un playazo de Miami en una balsa hecha con latones de basura, unos neumáticos como flotadores y propulsada por el motor de un tractor soviético. Desembarcaron bien y están vivos, pero hace un mes la Armada de México rescató en aguas de Yucatán a otro grupo. Salieron 32 de Manzanillo, una zona del oriente cubano, y 15 murieron en la travesía.
La proa de esos artefactos construidos en los patios de las casas se pone lo mismo hacia el norte que rumbo a las costas mexicanas o de cualquier otro país desde el que puedan llegar a la frontera de México con Estados Unidos. Las autoridades norteamericanas afirman que 16 mil cubanos llegaron por esa vía a Estados Unidos en los últimos 11 meses.
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