La mayoría de las playas de Cuba son de una gran belleza y tienen su atractivo natural, a pesar del clima se encuentran concurridas todo el año, en particular los extranjeros que vienen de turistas a la isla, ya que el invierno en el país es algo cíclico y no mantenido.
En particular en la capital, a lo largo de todo el litoral norte, desde la playa El Mégano hasta Brisas del Mar en Guanabo, del municipio Habana del Este, se pueden encontrar numerosos establecimientos gastronómicos que ofertan diferentes tipos de alimentos; ellos son los encargados de proporcionarle refrigerios a los que acuden a bañarse en el mar.
No obstante, cuando las personas que visitan estas playas ingieren los alimentos, no tienen suficientes contenedores de basura para botar los desperdicios, y es por eso que se pueden ver a lo largo de toda el litoral, situados en la arena, cestos repletos y desbordados con la basura a su alrededor.
Y es que entre un recipiente y otro hay hasta un kilómetro de distancia y las personas optan por no caminarlo, así como también los trabajadores son insensibles y despreocupados a tan marcado escenario de suciedad.
De ellos los “buzos” que es como se le dice a los que registran los contenedores de basura en busca de materia prima y otras cosas para subsistir, se benefician con ello, pues no tienen necesidad siquiera de virar la basura, ya que todo está hecho con antelación.
También las arenas se encuentran llenas de algas que las dejan las olas del mar y que no son recogidas por los que se suponen den mantenimiento a las playas. Esta es la realidad de lo que sucede en los lugares de turismo en el país.
La Habana, 27 de enero de 2015.
