Residentes de un reparto en la localidad de Güira de Melena, provincia Artemisa, cuentan indignados, sobre el asedio implacable del que son objetos por los llamados inspectores estatales, que auxiliados por la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) cometen violaciones a sus derechos ciudadanos, sin que exista un amparo por parte de los órganos que se supone impartan justicia.
Hace varios meses, el régimen desarrolla una campaña contra las llamadas “ilegalidades urbanísticas”, lo que ha causado un gran malestar dentro de la población, que se siente desprotegida por los organismos oficiales de justicia, cuando en nombre de una entidad son perjudicados y no tienen dónde reclamar o apelar a tal medida.
Ejemplo de ello es lo que está sucediendo a los vecinos de un reparto en Güira de Melena, municipio ubicado al sur de la Provincia Artemisa, quienes accedieron a dar su testimonio para conocer cómo los llamados “Inspectores” de las Direcciones de Vivienda, Poder Popular, junto con efectivos de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR), han llegado al lugar y multado a personas sin el más mínimo reparo.
Una señora que se identificó como Daysi Briones Estévez, alegó como ha sido multada en varias ocasiones por esos mismos funcionarios, por su negativa a derribar una cerca que divide su propiedad con la vecina; sin embargo, enfatizó la perjudicada se preocupan por estas cosas y descuidan la salud de las personas. Plantea esto porque lleva exigiendo a esa misma dependencia gubernamental los recursos para el sellado de una fosa colectiva enclavada dentro de su patio, la cual representa un foco epidemiológico, sin que hasta la fecha haya recibido solución a su demanda. Además, cuenta la señora Daysi, que gestionó la anulación de esas multas antes los órganos correspondientes, de manera infructuosa.
Otro vecino que dijo llamarse Rafael Cutiño Antúnez, hizo referencia al nivel de corrupción existente dentro de ese cuerpo de inspección gubernamental, ya que se enfrascan en eliminar las cercas que protegen las propiedades; pero sin embargo ignoran los corrales porcinos de los que tienen dinero y viven en un estrato social diferente. “A esos no los tocan porque les sueltan un dinero a los inspectores que no lo puedo hacer yo porque no lo tengo”, manifestó Rafael. También se refirió a los fuertes olores que desprenden las crías de “puercos” aledañas, que además afectan la convivencia y la salubridad de la zona.
Estas familias han sido amenazadas con la demolición de las divisiones perimetrales de sus viviendas, mientras tanto, ellos permanecen a la espera de que pasará, puesto que están resueltos a no ceder ante tal arbitrariedad.
¡Así se vive en Cuba!
Artemisa, 2016.