Martes , 27 Junio 2017

Accidente automovilístico en Malecón y 23

Transitar hoy por las calles habaneras se ha convertido en toda una odisea, para el cubano de a pie, y trasladarse en ómnibus es como ir al patíbulo.  Uno de los problemas principales que tiene el transporte es la situación de las calles, todas llenas de baches y huecos, y con escombros en cualquiera esquina, sin contar los basureros.

Los autos de los años 50 conocidos de forma popular como “Almendrones” y uno de los transportes públicos más socorridos para el pueblo, funcionan como Frankenstein, con piezas que no son incluso de la marca que les corresponde, lo que hace que tengan innumerables adaptaciones en su estructura mecánica. No obstante pasan por los controles gubernamentales de transporte (el Somatón), con su correspondiente soborno a los que atienden la actividad.

La mayoría de estos carros está arrendado por muchachos jóvenes, sin mucha experiencia en el timón y que se  les ve violar de forma irresponsable las leyes del tránsito. Además en su afán de recoger el pasaje que está en la vía, mantienen una feroz e inescrupulosa competencia entre ellos  a la vista ciega de los agentes del tránsito, que desentendidos de estas violaciones a la seguridad vial emplean su tiempo en tratar de buscarse el pan de cada día, al igual que cualquier otro cubano de a pie, a pesar de tener salarios un poco más altos que la media.

Otro mal que atenta contra el tránsito en las calles de la capital, son los semáforos; reguladores mecánicos que en ocasiones se encuentran fuera de servicio, y aumentan el riesgo de percances en la vía. Ese es el caso del accidente ocurrido el pasado 11 de junio, cuando el semáforo de 23 y Malecón, en el barrio del Vedado, no funcionaba, pero tampoco contaba con la presencia de un agente para dirigir el tráfico, en un cruce donde se intersectan dos calles muy concurridas en la ciudad.

Ello trajo como consecuencias, que dos vehículos tuvieron un choque, uno era un auto marca Lada del tipo Combi, con matrícula estatal B032624, perteneciente a una agencia de prensa oficialista y el otro un Chevrolet del año 51, con matrícula P142561, chapa que es particular.

Ambos en aras de ganar el paso a la senda correspondiente, por no tener una luz que los guiara del semáforo, tuvieron la coalición. En ese preciso instante transitaba un ómnibus de la ruta P-5 abarrotada de pasajeros, por fortuna no hubo que lamentar daños humanos, pero este accidente pudo haberse evitado si los agentes del tránsito hubieran estado realizando su tarea de dirigir el tráfico.

La policía apareció después del accidente y no precisamente a ejecutar funciones de controlar el tránsito.

La Habana, 23 de junio de 2015.


 

Scroll To Top