En los últimos tiempos ha sido cada vez más notable la ausencia del yogur de soya en las bodegas distribuidoras de alimentos normados, en la localidad de San Antonio de los Baños, perteneciente a la provincia de Artemisa.
Este producto se comercializa en las bodegas que venden al pueblo los alimentos normados por la mal llamada libreta de abastecimientos. Está indicado para los niños y es envasado en unas bolsas de nylon con letreros azules donde se destaca claramente “yogur de soya”; se vende a la población al precio de un peso moneda nacional (CUP), cada bolsa.
Su distribución en los establecimientos que las expenden debe ser semanal, lo regular es que se venda una o dos veces a la semana; y precisamente en la comercialización es donde se ha venido presentando el problema con relación a este alimento, cuyo objetivo principal es para niños de siete a trece años de edad, a los que no se les asigna leche por la cartilla de racionamiento, y se supone que tengan que ir para sus respectivos colegios sin desayunar.
En nuestro municipio el yogur de soya ha llegado -incluso- a faltar varias semanas seguidas, a pesar de que no ha concluido el curso escolar; lo que implica que esta irregularidad está causando molestias en la población.
Hay que señalar que la planta donde se produce el yogur de soya no se encuentra en las mejores condiciones, está muy deteriorada, falta de mantenimiento; y así también algunos equipos como son, aquellos destinados a la refrigeración y también los de vapor y agua.
Como producto sustituto en la entrega del yogur de soya, en ocasiones se ha vendido en las bodegas, un polvo que le llaman mezcla para batido, el cual no ha sido garantizado en el momento adecuado, debido a que las máquinas de empaque presentan iguales problemas que las que se utilizan para el envase del yogur; a lo que habría que añadir que tampoco tiene por su parte buena aceptación en la población.
Quiere decir que ya la tecnología de esta planta -donde se produce el yogur- va necesitando de un restablecimiento lo más urgente posible. A esto hay que sumar que ninguna de las bodegas distribuidoras de productos racionalizados en nuestra localidad, cuenta con equipos de refrigeración, lo que hace que en ocasiones cuando entregan en los comercios el yogur en horas de la mañana, ya en la tarde está en mal estado.
Aun cuando se trata de un aspecto tan sensible como es la alimentación del pueblo, en este caso de un producto destinado a los niños, que se les suprime la venta de la leche a los 7 años; al menos se debería garantizar la comercialización del mismo en mejores condiciones y a tiempo en su destino.
Artemisa, 17 de mayo de 2016.