Martes , 27 Junio 2017

Vende tarjetas para sobrevivir

VendetarjetasparavivirEn la cafetería del Centro Comercial Carlos III mi vista se detuvo en una señora de avanzada edad que se auxiliaba de un bastón para caminar, con limpieza en sus ropas, pero lentitud en los movimientos, se desplazaba de mesa en mesa para -en voz baja- proponer a los clientes del lugar la mercancía que ofertaba, consistente en tarjetas de recargas para celulares de 5 CUC.

Mi acompañante y yo nos acercamos de inmediato a la anciana, le preguntamos que porgue razón ella realizaba ese trabajo, cuando debería de estar en su casa descansando por su avanzada edad, la respuesta de la mujer no se hizo esperar: “¡Solo tienen que ir por mi casa!”. “Esto lo hago para juntar un dinerito y poder comprar la medicina, ya que un pequeño frasco me cuesta cinco dólares y yo solo recibo 240 pesos por la pensión de mi difunto esposo”. Al ver nuestro interés nos dio su dirección y acordamos hacerle una visita.

A los pocos días me presenté en casa de la anciana, hasta ese momento no se había identificado con su nombre, que es Matilde Méndez Alemán, con dirección en la calle Maloja 804 altos, entre Retiro y Plasencia, municipio Centro Habana.

De inmediato me reconoció y me invito a pasar, me ofreció un vaso de agua y comenzamos con el dialogo. Me refirió tiene 79 años de edad y realiza esas labores a escondidas de su hija, la cual es su actual tutora; aunque tanto ella como su esposo se encuentran desempleados, realizan trabajos ocasionales para de esa manera poder sobrevivir.

Matilde contó que fue estafada por un oficial del Ministerio del Interior con grado de teniente coronel, nombrado Ángel Rodríguez Ledesma, el cual se auxilió de una delincuente que se dedicaba al negocio de compra venta de viviendas, nombrada Walkiria Mesa Rodríguez.

Este oficial, tiene entendido Matilde que falleció, pero se quedó con su casa en la calle Mayía Rodríguez en la Víbora, municipio 10 de Octubre. Dado su rango militar, utilizó funcionarios de la vivienda, abogados y notarios corruptos para cometer el fraude. Así como también intervino su hijo que se desempeñaba en aquel momento como gerente del Restaurant Turquino del Hotel Habana Libre, y que con posterioridad abandonó el país.

Al perder su vivienda, ella cayó en una profunda depresión, porque era una herencia para su hija, y ahora tienen que estar hacinados en un pequeño apartamento, incluso en altos. La única salida que tiene a su triste situación es vender tarjetas de recarga, pues la pensión que recibe de solo 10 cuc, no le alcanza para combatir con medicamentos los males de los que padece.

Según un artículo publicado el 12 de mayo, en el oficialista periódico Granma, escrito por los corresponsales Lissandra Fariñas Acosta y Lauren Céspedes Hernández, la población cubana envejece de manera apresurada. Hoy las estadísticas oficiales, sitúan este estrato en un 19 % en ambos sexos, y para el 2030 se estima que haya un aumento hasta el 30%. Pero para ellos no hay solución, porque se puede ver en las calles ancianos marginados realizando labores no acorde con su edad e incluso pidiendo limosnas en centros comerciales para subsistir a la miseria que viven.

Y es que 10 cuc como pago al mes es una pensión simbólica como pago de los que por tantos años han tenido que mantener una obediencia sumisa. Es en verdad una traición a los cubanos de la tercera edad.


 

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