Había una vez una calle limpia, repleta de comercios con ventas de todo tipo y además muy concurrida. Nada de esto es utopía, son cosas que sencillamente dependen de la voluntad y del interés de aquellas instituciones y organismos que deben cuidar del entorno e imagen de nuestro país, y como es natural de los ciudadanos que transitan por las calles, a los que se les debe educar para ello, empezando con el buen ejemplo.
Pasear por cualquiera calle de la ciudad, es toparse con inconvenientes, desde la falta de mantenimiento a las aceras, hasta la suciedad y la basura tirada por doquier. Pero en particular quisiera referirme a la conocida calle Obispo, situada en el municipio de la Habana Vieja, que muestra bastante abandono para formar parte de una zona turística como esa.
En cuanto a lo que limpieza y orden se refiere; a juzgar por la imagen con la que uno se tropieza, parece que comunales no cumple debidamente con su responsabilidad, en este caso como encargados del cuidado del entorno.
Puede que sean varios los motivos que lleven a que haya alcanzado ese terrible aspecto, que no deja de causar insatisfacción a todos los que por ahí transitan; pero hay cosas que ya rayan en lo increíble; por ejemplo a falta de basureros, incluyendo los de hierro que estaban desplegados por la calle, se han colocado cajas de cartón y algún que otro envase plástico.
¿Qué factores socioculturales se podría decir que influyen en este tipo de problemas, que hoy vemos que afectan la higiene de nuestras calles? Por una parte Comunales coloca cestos para echar la basura, y por otra parte algunas personas, que son indisciplinadas sociales los rompen; pero después ya estos cestos de basura se quedan rotos para siempre.
¿Cómo hacer entonces para que tanto el trabajo de Comunales, así como la educación y la cultural social -que debe existir- ambos, lleguen a un acuerdo y a coincidir?
La opinión que de seguro se llevan los turistas extranjeros que visitan la calle Obispo, sobre nuestra sociedad, no puede ser muy favorable.
Comunales debería poner un poco más de empeño en su trabajo, y no irse por la vía más fácil, la del desinterés, ya que cuando se trata de un asunto que puede afectar a muchos o a todos como es la higiene del entorno no se debe escatimar en esfuerzos.
Además, vale señalar que estas cajas de cartón, a las que se adiciona todo lo demás, deslucen mucho la imagen de esta calle, que está adoquinada al estilo colonial, llena de antigüedad, y que caminar por ella cuenta la historia de nuestra ciudad.
Esperemos que alguien ponga atención sobre lo que está pasando en la calle Obispo.