Martes , 27 Junio 2017

Una mina antipersonal lo condenó al desamparo y la mendicidad

Eugenio en las calles donde sobreviveCuba es uno de los países a nivel mundial que sostiene el uso de minas antipersonales; pese a su prohibición por parte de las Naciones Unidas y el cuestionamiento de los tratados Internacionales acerca del empleo de este tipo de armas. Cientos de personas han perdido la vida, o han quedado discapacitadas producto de la explosión de estos artefactos, en la franja territorial con la base naval de Guantánamo, al Oriente del país.

El ex-soldado de las Fuerzas Armadas: Eugenio Montalvo Calvo, de 61 anos de edad,  es sobreviviente de una de estas tragedias, donde dos de sus  compañeros de pelotón en la guardia fronteriza, perdieron la vida, y él perdió una pierna, sufriendo  desfiguración del rostro y quedando  ciego de un ojo. Tragedia que lo dejaría marcado física y mentalmente por el resto de sus días, según su testimonio:

“El hecho tubo lugar en Octubre de 1974. Había cumplido los 20 años y me cogió el Servicio Militar Obligatorio, me mandaron a una Unidad de Infantería en la frontera; yo era un guajirito nacido y criado en el poblado de Cueto, Santiago de Cuba. Jamas había tenido un arma en las manos y mucho menos tenía experiencia militar, pero era obligado, de lo contrario te metían preso. Aquello fue tenebroso, nos ordenaron hacer recorrido por el Área minada sin que supiéramos de la existencia de las minas, le servimos de carne de cañón; desde entonces arrastro conmigo las secuelas y el desconsuelo de ver frustrada mi juventud y mi propia vida.”

Asimismo, Eugenio da a conocer el estado en que quedo:  “Nunca se preocuparon por ayudarme, jamas se dignaron en concederme un subsidio. Un día, al cabo de los cinco años, se aparecieron con un diploma destacando que yo había sido mutilado en cumplimiento del deber y en defensa de la Patria, ¡serán cínicos!… Hace tres años me vine para la Habana, porque un ciclón me tumbo el rancho que herede de mis padres, aquí sobrevivo pidiendo limosna, da para comer algo al final del día, y duermo en los portales. Al  gobierno revolucionario no le debo nada, solo penurias y miserias como tantos otros desamparados.” Expresó para concluir, este humilde cubano que hoy vive en la indigencia, y al que el gobierno ignora por su condición marginal, siendo el único  responsable de toda su desgracia.

Casos como este representan el genuino legado del Sistema Social imperante en la isla.


 

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