La ultima de las resoluciones emitidas por el gobierno del presidente cubano, Raúl Castro, en su afán por aparentar ante el mundo una apertura del sistema económico implementado en la isla es la de autorizar a los cubanos a alquilar propiedades de inmobiliarias estatales para su uso como viviendas, oficinas, locales comerciales y almacenes.
Luego de la ley establecida para la venta de autos, a precios alucinantes, que colmó los medios digitales de Cuba y el mundo con críticas llenas de ira y burlas, en las que han involucrado hasta la pobre Cucarachita Martina, el pueblo apenas ha dado muestras de haberse enterado. Tal parece que ya las medidas no asombran, y mucho menos importan a la gente.
Cuando me refiero a la gente, lo hago a la gente del pueblo, al que se levanta día a día a ganarse el pan honradamente, a los que creían en el soñado cambio, me refiero a la gente común y mucho más a médicos, científicos reconocidos internacionalmente, a profesionales de diversas ramas que trabajan para este país, con la pequeña esperanza de que un día la vida mejorara para ellos, porque ¨se lo han ganado¨, como opinaba recientemente en una consulta un medico que tiene en su haber tres misiones internacionalistas.
La medida no ha tenido repercusión, apenas algunos comentarios como para no dejar de hacerlos, pero todos en tono de burlas. ¨Es como el cuento de los carros¨, comentó un hombre de unos 35 años de forma jocosa, ¨da vergüenza hablar de esas cosas, es mejor ni decir nada, para qué, no vale la pena¨, escuché que le decía a un amigo en una parada de ómnibus.
El otro se encogió de hombros y dijo ¨asimismo, para qué desgastarse en eso, no se quien tendrá dinero para eso, bueno los mismos que tienen para comprarse un carro, en fin los privilegiados son los mismos, ya a mi ni me preocupan los cambios que ellos hacen, de lo que estoy seguro es de que nunca serán para mejorar la vida del pueblo¨, respondió.
Según dieron a conocer los medios oficiales, las personas naturales cubanas residentes en el país podrán acceder a los servicios de arrendamiento que ofertan las entidades inmobiliarias, tanto al alquiler de inmuebles para su uso como vivienda, como para oficinas, locales comerciales y almacenes.
La ciudadanía podrá solicitar el servicio a entidades estatales y sociedades mercantiles de capital totalmente cubano dedicadas a ese negocio y a otras autorizadas a prestarlo, las cuales anteriormente solo podían arrendar espacios y servicios a empresas y entidades cubanas y extranjeras, y a personas naturales extranjeras.
La autorización fue promulgada a través de la Resolución No. 551-2013, del Ministerio de Finanzas y Precios, la que fijó las tarifas mínimas mensuales en pesos convertibles (CUC) por metro cuadrado, excepto las áreas exteriores, por el arrendamiento de inmuebles y otros servicios de esas entidades.
No obstante, estas cotizaciones, como bien se dice, son las mínimas. El precio total de un arrendamiento depende de otros requisitos.
Por ejemplo, la tarifa mínima de un inmueble para uso como vivienda será de cinco CUC por metro cuadro; y la de un inmueble con tipología de vivienda para su uso como oficinas, locales comerciales y almacenes, será de siete CUC.
Un inmueble que no clasifique con tipología de vivienda y se use como oficinas, locales comerciales y almacenes, tendrá una tarifa mínima de diez CUC por metro cuadro.
Según se explica, la fijación de las tarifas, a partir de las mínimas establecidas, se realiza mediante acuerdo entre las partes y se tiene en cuenta la referencia del comportamiento de sus similares en el mercado y las zonas de ubicación geográfica de los inmuebles, de acuerdo con los parámetros establecidos por el Instituto de Planificación Física, así como el reconocimiento de otros elementos cualitativos en correspondencia con su confort.
Influyen en el precio, además, si el inmueble tiene piscina o no, si posee valor patrimonial, las áreas comunes, las vallas para parqueo y otras condiciones.
Tarifa aparte va por el servicio de agua, electricidad, teléfono, gas y alcantarillado, así como por el correo electrónico, Internet y TV por cable, todos los cuales se requerirán mediante contratos con entidades prestatarias.
Como comentó el medico con el que estuve conversando: ¨con esos precios, ¿en cuanto saldría un arrendamiento de un local para vivienda que tenga al menos 50 metros cuadrados?, sacando cuentas por arribita, como dicen los cubanos, la renta me saldría en 250 CUC al mes, sin contar los servicios de agua, electricidad, teléfono, gas y alcantarillado y ni pensar en TV por cable porque eso seria un lujo. Para poder pagar ese local necesitaría un salario de unos 6 250.00 pesos cubanos y eso solo para pagar la casa… y después de qué vivo, con qué alimento a mi familia… mira mejor ni seguir hablando de eso porque de la risa voy a pasar a la ira y no vale la pena¨, sentenció.
Desde su llegada al poder, Raül Castro ha implementado medidas como poner fin a las prohibiciones para los cubanos de entrar en los hoteles, y la reciente autorización de vender vehículos nuevos a particulares.
Los elevados precios, sin embargo, han provocado una fuerte polémica entre la población por los montos inalcanzables para los salarios medios de unos 20 dólares ( 25 pesos cubanos por 1 CUC) al cambio en el sector estatal.
En un artículo circulado por internet, el escritor y periodista cubano Leonardo Padura, Premio Nacional de Literatura 2012, analiza el tema de los precios de los autos y de los sueños que huyen en cuatro ruedas. En ese trabajo Padura afirma ¨entre los números fríos de una lista y el rostro imaginado de un medico o científico, ante la frustración de la muerte de un sueño, media el abismo existente entre una realidad que se calcula en una oficina y la que un ciudadano vive cotidianamente, la realidad real… Dos galaxias que parecen no tener relación alguna entre sí. Un simple cálculo de la relación entre el valor asignado a los autos nuevos y de uso en venta en el liberado mercado oficial y las posibilidades económicas de la inmensa mayoría de los ciudadanos cubanos, incluidos muchos de sus profesionales más capacitados, demuestra esa desconexión¨.
Leonardo Padura finaliza afirmando ¨Pienso que el médico (los médicos) que conozco, igual que otros colegas artistas, o científicos, o emprendedores pequeños empresarios, o esforzados campesinos, hoy tienen una esperanza menos por la cual trabajar y vivir¨. Yo hago mías sus palabras para terminar mi trabajo, pero refiriéndome a la renta de espacios en inmobiliarias.