Existe una generación de cubanos cuya infancia, adolescencia y juventud estuvieron a la sombra de la ya inexistente URSS (Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas), pero este grupo de personas todavía comparan algunos aspectos de la vida cotidiana, que a veces surgen de forma inconsciente.
Los que realizaron sus estudios en Cuba durante las décadas del 70 y 80 del siglo pasado, recuerdan que había mejor calidad en sus profesores de secundaria y pre universitario; estaban mejor preparados. También las reglas para el uso del uniforme y las normas de conducta eran diferentes y mejores en todo sentido.
El periodo especial devaluó además de la economía, la cultura cívica nacional y en particular de la juventud. Solo por mencionar los bailes y ritmos de moda, se puede afirmar que se ha perdido todo lo tradicional del país, para caer en la chabacanería.
Esta mezcla de vulgaridades hasta en la forma de vestir, se ha trasladado a los uniformes de las escuelas. Aquellas generaciones tenían que usar los cupones de la libreta de racionamiento para vestirse, con muchísimas limitaciones, pero se mantenían algunas tradiciones en la forma de llevar la ropa.
Ya no existe la llamada “libreta de la ropa”, pero también se perdió la cultura que pone los sentimientos por encima de las posiciones económicas, más allá de la necesidad de mostrarse vestido de forma extranjerizante.
Además de la doble moneda, hay una falta de moral que indebidamente llaman “doble moral”, que se refleja -de forma desafortunada- en todos y cada uno de los aspectos de la sociedad. Es que poco a poco, la gran mayoría de los cubanos se han ido haciendo la idea de que el país es un caso perdido, y lo que hay que hacer es irse.
Cuando los televisores que había eran K,rin y la revista “Spuknit” la más leída, existía sin embargo una manera de identificarse con la patria, porque nunca los soviéticos fueron considerados un ideal por el pueblo cubano. Sin embargo hoy los jóvenes llevan adornando sus ropas, mochilas o zapatos, cualquier bandera menos la cubana; en particular la americana y la inglesa, son en estos momentos las más usadas.
Todos quieren tener tenis de marca para llevar a la escuela, o cualquier muda de ropa que tenga un logotipo conocido. Sin embargo el bolsillo del trabajador promedio, que solo vive de su salario no da para esta competencia entre estudiantes.
A la juventud actual poco le importa quien haya ido o dejado de ir al cosmos, los adelantos científicos, los problemas de guerras en otros países, las enfermedades dentro de la isla y las externas, la mayoría no sabe ni que es el ébola; pero sí está interesada en cuál es el celular de última generación, por qué temporada (season) va la serie “24 horas” y cuál es la mejor marca de ropa.
La Habana, 12 de agosto de 2014.