La salud pública es uno de los conflictos más acuciantes que tiene el régimen; además de la falta de medicamentos que hace estragos en toda la isla, están los problemas relacionados con la red hospitalaria, que se resumen en falta de recursos, tanto materiales como humanos.
Cualquiera de los hospitales a los que tiene acceso el pueblo puede servir de ejemplo y en específico los que presten servicios sociales, porque el Hospital Cira García y el Cimeq, o el que se encuentra en el 4to. Piso del Consejo de Estado, no lo son; están diseñados solo para extranjeros y dirigentes.
Como un ejemplo se puede poner el Hospital Enrique Cabrera, más conocido por todos como “El Nacional” que fue remodelado de forma reciente, pero como las historias siempre son las mismas, el descontrol de los recursos e incluso de la terminación de la obra ha traído como resultado que haya afectaciones sanitarias en sus redes y problemas con la impermeabilización de los techos. Ambas cosas conllevan inundaciones de agua en sus salas y pasillos interiores, que provienen de los pisos superiores y las cañerías.
Este centro hospitalario se encuentra ubicado en el Consejo Popular Altahabana, y cuenta con una edificación de siete pisos, por su condición de docente general, brinda servicios médicos en todas las especialidades de la medicina, a él acuden habitantes de los municipios que lo rodean, incluyendo a los de las vecinas provincias de Artemisa y Mayabeque.
En particular los pacientes y trabajadores se muestran preocupados por las difíciles condiciones y riesgos en los que permanecen las mujeres puérperas y sus bebés, debido a la falta de higiene existente en las salas de ingreso.
En una visita dominical los familiares de los ingresados en la Sala B, ubicada en el segundo piso, protestaron ante el enfermero de guardia por la falta de higiene, en una sala donde hay niños recién nacidos y son vulnerables a contraer algún tipo de bacteria por no existir el ambiente sanitario adecuado.
Tal es el caso de la joven Tatiana Rivas, vecina de la avenida 411 #18611ª entre 186 y 188 Santiago de las Vegas, quien tuvo un intercambio de palabras con una enfermera de esa sala, por la cantidad de agua que rodeaba la entrada de la misma. Esta joven planteaba que hay días en que el mal olor en los baños es irresistible; también se quejaba de las constantes inundaciones en los cubículos donde se encuentran los cuneros de los bebés y demás personal hospitalizado.
Otra de las fuentes fue Lilian Calzadilla González, familiar de una de las pacientes ingresadas en la esta Sala B. Ella se refirió a la gravedad del asunto por ser este piso un lugar destinado por completo a las mujeres en estado de gestación, ya sea en fase de pre-parto o paridas. Dijo de forma textual: “Cuando una mamá da a luz, al otro día los familiares están locos por llevársela junto con el bebé, por temor a contraer una bacteria que ponga en riesgo la vida de ambos por la falta de higiene en la instalación”.
La institución médica, fue bautizada por Fidel Castro, con el nombre de Enrique Cabrera Cossío; homenaje que quiso hacerle a un médico mexicano cuya especialidad era la cardiología, que falleció en Moscú, cumpliendo una misión del régimen y fue sepultado en el Cementerio de Colón, en esta capital.
La Habana, 27 de octubre de 2016