El secretario de Estado de Estados Unidos,John Kerry, sugirió el miércoles que el Gobierno del presidente Barack Obama no se opondrá finalmente a que Cuba, el único país sin democracia representativa en el hemisferio, participe en la Séptima Cumbre de las Américas, prevista para celebrarse en Panamá en abril de 2015.
En un discurso en Washington por el vigésimo aniversario de la primera Cumbre, celebrada en Miami en 1994, Kerry dijo que era hora de “ir más allá del perenne debate sobre la asistencia ─quién viene─ y centrarse en las cuestiones de fondo de la Cumbre, que será crucial para construir a la larga un mejor futuro en las Américas”.
El comentario del jefe de la diplomacia estadounidense indicaría que Washington está cediendo a las exigencias de una mayoría de países de América Latina y el Caribe de que a Cuba, hasta ahora excluida por un consenso anterior de los líderes de la región, se le permita participar esta vez.
En la tercera reunión cimera celebrada en 2001 en Quebec, Canadá, los jefes de Estado y Gobierno suscribieron una declaración en la que consideraron “un obstáculo insuperable para la participación (…) cualquier alteración o ruptura inconstitucional del orden democrático”, o del Estado de Derecho.
Sin embargo, en la pasada Cumbre de Cartagena 2012 numerosos mandatarios de la región se pronunciaron en favor de la asistencia de Cuba, y este año el Gobierno de Raúl Castro fue invitado por las autoridades istmeñas a participar en la de Panamá.
Aun así, Kerry prometió que en el cónclave de abril los Derechos Humanos y la democracia tendrán prioridad en el orden del día y que los disidentes tendrán voz.
“Estamos insistiendo que esta cumbre incluya una participación significativa y directa no sólo de los líderes en el Gobierno, sino de las empresas, los defensores de los Derechos Humanos [y] otras voces creíbles de la sociedad civil, en representación de todas las naciones de nuestro hemisferio”, dijo.
El Secretario de Estado no dejó pasar la oportunidad de señalar a quienes, tras llegar al poder por la vía electoral, han alterado el proceso democrático en países de la región, amordazando a la prensa y la sociedad civil y perpetuándose en el poder mediante el desmantelamiento de los límites de mandato.
“Una sociedad libre, abierta e inclusiva se percibe como una amenaza para el poder del Estado”, dijo, y agregó: “Esa visión distorsionada cree que las elecciones son el final del camino democrático, pero la democracia no es un destino final, es una travesía sin fin”.
Kerry aseguró que, en el encuentro de Panamá, Washington “no va a eludir conversaciones difíciles sobre la democracia y los Derechos Humanos con gobiernos o líderes que pueden ver el mundo de otra manera”.