Martes , 27 Junio 2017

Solo y abandonado

Desde hace 19 años, Felipe Ramírez Pérez reside en la calle máximo Gómez entre 28 de Enero y H  en el municipio de Guanabacoa, ya él es un hombre de la tercera edad, pues tiene 71 años.

Todo este tiempo lo ha pasado viviendo en pésimas condiciones humanas, sin ayuda estatal monetaria. Su casa la constituye un cuartico de madera de tres metros de largo por tres de ancho, sin baño, cocina, agua, y ningún equipo electrodoméstico.

De día él recoge materias primas como botellas de cristal y latas, o cualquier otra, que le sirva para su venta y poder subsistir. Con ello puede solo pagar diariamente su almuerzo y comida en el comedor llamado “Tulum” ubicado en la localidad.

Felipe argumenta que fue visitado por trabajadores sociales hace más de trece años quienes le prometieron ayudarlo con una chequera y entregarle algún equipo electrodoméstico, pero jamás volvieron.

Natural de Camagüey, por no tener propiedad de su casa, sigue teniendo dirección en esa provincia, y sin cambio de domicilio no puede hacer los transmites para obtener la pequeña canasta básica que se vende por la libreta de racionamiento.

Vive con el temor de ser desalojado de su casita de madera y enviado a su provincia natal, su familia lo abandonó y después de tantos años de sufrimiento prefiere morir de hambre  y soledad que tener que pedirle ayuda.

Sabe le queda poco tiempo “en la tierra” y aspira simplemente a vivir como un ser humano, lo que no ha encontrado bajo este régimen que dice ser de justicia social.

La Habana, 11 de setiembre de 2014.


 

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