Interesándonos por la situación de la niña Ruth Verdecía Vega, de 11 años de edad y que reside en la parte rural del municipio Boyeros, en la Finca Murga del Reparto Wajay; la Red Cubana de Comunicadores Comunitarios realizó una visita al hogar donde “mal convive” con sus padres.
Ruth nació con una grave malformación congénita en la zona máxilo-facial, además de una grave enfermedad pulmonar, que la va apagando lentamente, sin la ayuda médica y social que necesita por parte del régimen.
La señora Maritza Vega Corría, de 49 años de edad es la madre de la niña y relata entre lágrimas y dolor, cómo es el infierno en el transcurso de los días de ella y de su pequeña: “Nuestra vida es bastante difícil y en especial la de mi niña, es una triste realidad, estamos en total desamparo por parte del Estado cubano, muchas veces no tenemos para darle de comer, tenemos que vender la leche de su dieta para cubrir otros balances de su alimentación y medicamentos. No tiene donde dormir, los tres compartimos una cama rústica, fabricada por mi esposo, nos prometieron un refrigerador y cuando fuimos a buscarlo ya se lo habían dado a otra familia y nunca más se han aparecido por aquí”.
Continúo diciendo: “La niña apenas sale de la casa, porque los niños del barrio se burlan de ella; la maestra que se le asignó para que le impartiera clases es un fantasma nunca viene, y por esa razón la niña no sabe ni leer ni escribir”.
Gerardo Precede Verdecía Vargas padre de la menor, de 60 años de edad, nos cuenta cómo él tiene que arreglárselas para el sustento de la familia. No le dan trabajo por ser ex preso político y no es confiable para aplicar en cualquier trabajo estatal. Explicó: “Tengo que trabajar por mi cuenta, lo mismo recogiendo viandas en el campo del rastrojo, así como albañilería o chapear un patio, para de esa forma poder malamente sustentar a mi familia. No he podido reunir el dinero para poder comprar un sanitario y un colchón para que la niña al menos tenga su propia cama”.
Intercambiar palabras con la niña Ruth es difícil, por su condición y su estado de salud.
Antes de la nueva Ley Migratoria, hace ya algunos años, unos pastores de Carolina del Norte, en Estados Unidos de América, le propusieron viajar con la niña para operarla allá, pero en esos momentos necesitaba la llamada “tarjeta blanca” o permiso de salida y el régimen no se lo otorgó.
Si hubiera algún contacto posible con estos religiosos u otra organización que pudiera sacarla para operarla y ponerle algún tratamiento, no sería óbice el solucionarle una visa humanitaria.
La Habana, 24 de mayo de 2014.