Contrario a las imágenes transmitidas por la televisión cubana, la inauguración de una sala para reservar pasajes -con 72 horas de antelación- en la Terminal de Ómnibus de la capital, presenta un aspecto lúgubre y destruido.
“Parece que los viajeros no van a comer, ni a conectarse a internet, ni a comprar regalos para su familia” asevera uno de los vendedores de alimentos que están ubicados en los pasillos de la instalación y continúo diciendo: “Al paso que la Empresa de Ómnibus está cerrando los locales y arrendándoselos a privados, como los que están al lado de los baños, pronto nos quedaremos sin trabajo”.
Con el falso techo a punto de derrumbe en el gran salón de la entrada, oscuridad y el piso sucio la imagen real de esta terminal contrasta con la ofrecida por los medios de comunicación, al anunciar la recién inaugurada sala para reservar pasajes, instalada en la planta alta. Con anterioridad los clientes tenían que esperar en una larga fila durante horas -de pie y a la intemperie- para poder reservar un pasaje con 72 horas de antelación.
La supresión de servicios comenzó desde hace varios años, cuando quitaron la Casa de Cambio (CADECA), ahora tanto los viajeros como la población que vive aledaña a la estación tienen que caminar hasta la calzada Ayestarán para efectuar el cambio de monedas. Los últimos servicios cerrados fueron las tiendas Todo x un Precio que eran muy concurridas; pero con antelación ya se habían retirado: el estantillo que comercializaba objetos de escritorio y material escolar y el punto de venta de la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba S.A. ETECSA, donde tanto viajeros como población en general compraban tarjetas de recarga se conectaban y hasta contrataban y/o pagaban servicios de la telefonía fija como celular, además operaban sus correos electrónicos en varias computadores habilitadas al efecto.
La librería, así como la cafetería que vendía pizzas, pollo y bebidas fueron cerradas también, y hay que destacar que estos locales vacíos y sucios le dan a toda la instalación un aspecto de miseria y destrucción; no obstante las palmas se las lleva la salida de pasajeros de la calle 19 de Mayo, utilizada en lo fundamental para los que abordaban automóviles particulares y taxis; ya lleva más de un quinquenio cerrada y aunque se efectuó la reparación de su techo, hace unos dos años, debe ser demolido porque se hundió y hay que construirlo nuevamente.
Esta instalación situada en la intersección de las avenidas Boyeros y 19 de Mayo, fue inaugurada el 29 de junio de 1951, con la salida del primer ómnibus, con destino a Cienfuegos. En ese momento era considerada la segunda de ese tipo en el mundo, después de la de Washington, en Estados Unidos. El objetivo de la restauración actual es devolverle su aspecto original, con las ventajas propias de la modernidad; pero hay un gran problema, para estas acciones constructivas el paradero no tiene dinero, por tanto, se han trazado metas para la recaudación del mismo, restándole espacios a emprendedores privados y apretándole el bolsillo a los trabajadores, ya que los ómnibus que los transportaban, se convertirán en Taxi-Bus de $5.00 moneda nacional para el servicio de la población.
Por el lugar donde está situada, así como por su función social, tanto los habaneros como el resto de los cubanos que también la utilizan, esperan que esta restauración termine lo más pronto posible; así como que se reconsideren que permanezcan los servicios que antes se prestaban, teniendo en cuenta que estamos en el siglo XXI, aunque hay muchos burócratas miembros de la gerontocracia con mentalidad del anterior.