Martes , 27 Junio 2017

Respetar la bandera cubana

Ocasionado por problemas con los vecinos, a los cuales se les inyecta la sangre contra los que pensamos diferentes al régimen, diciéndoles que somos mercenarios al servicio de los yanquis, terroristas, etc., mi esposa y yo tuvimos que acudir a la Unidad de la PNR (Policía Nacional Revolucionaria) del municipio de San Antonio de los Baños, en la provincia de Artemisa.

Fuimos requeridos por un oficial de nombre Alexis, que tiene una oficina para él solo y como adorno encima del buró, una pequeña banderita cubana. Cuando observamos de cerca la enseña nacional, nos percatamos de algo que nos resultó bien desagradable.

Y es que llegar a la oficina de un representante de la ley o de alguien cuyo trabajo está vinculado con cuidar por el orden público, y ver que en una bandera colocada encima de su buró hay números escritos, da una mala impresión y deja mucho que desear. En las franjas hay anotados con tinta de bolígrafo, números, al parecer telefónicos, aunque quizás pudieran ser los de la “bolita” juego de lotería muy conocido en el país.

El hecho es desalentador y causa mala impresión, porque para todos la bandera nacional es el primer símbolo patrio, lo que sucede en cualquier país del mundo; y constituye una acción irrespetuosa escribir sobre ella, además de ser ilegal, según lo que está previsto en la Ley 42/83 que está referida a los Símbolos Nacionales y su Reglamento.

Qué se puede esperar de un representante del orden público, que trata la bandera como si fuera una hoja de papel. En una sociedad cuyos policías actúan de tal manera, no hay ejemplos que dar sino la peor imagen de irrespeto. Además de hacerlo en su propia oficina de trabajo, donde acuden las personas que son citadas con problemas legales y hasta sus propios compañeros de trabajo.

Por supuesto, siempre los vende patrias, los que no quieren a Cuba, son los que disienten, pero el respeto a los símbolos patrios es una cuestión que debe estar presente en toda persona que respeta su país y se siente parte de él.

Llevar un uniforme de policía, aunque para los opositores los convierte en represores, es una función que se relaciona para velar por el orden social y no se puede transmitir nada bueno, si las normas no empiezan por la casa.

Artemisa, 13 de octubre de 2015.


 

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