En el municipio de Encrucijada, en la provincia de Villa Clara, está el centro penitenciario conocido como Ayagán (El Chivo), ubicado en la Carretera Maleza. Allí hay varios internos que residen fuera del país, cumpliendo sanción. Tres de ellos se han dirigido a la Red Cubana de Comunicadores Comunitarios para plantear su situación.
Iván Carratalá Fernández, pasado de libertad condicional desde el día 3 de mayo, según plantea ha cumplido también de forma adicional, más de la mitad de una sanción de un año. Sus hijos estuvieron el día 2 de diciembre en 15 y K (Dirección de Cárceles y Prisiones del Ministerio del Interior) y les dijeron lo mismo que desde hace 7 meses: “está en proceso”.
Iván entró en Cuba en 2010, procedente de los Estados Unidos de América, en una lancha él solo, por vía ilegal, con el fin de ver a su familia. Lo detuvieron y lo soltaron a los dos meses, con libertad inmediata, pero tenía pendiente –desde el 2001- una sanción de 6 años y 8 meses por tráfico de personas, que es la que está cumpliendo. Su familia vive en la Comunidad El Santo, en el municipio de Encrucijada. Teléfono 042897113. Él es residente en Miami.
Maikel Blanco Brito está preso en Ayagán desde el 2009, es residente en Italia; decidió viajar a Cuba y fue acusado de estafa por no pagar parte de una cuenta de comida en un hostal. También hace 7 meses que Maikel espera su libertad, pero la única respuesta que ha obtenido es que su caso se va a resolver en cualquier momento, que no se preocupe.
El tercer caso es un cubano nacionalizado americano, con residencia en Miami que vino a visitar su familia y tuvo un accidente automovilístico en el cual falleció una persona, él es de Santo Domingo, Villa Clara y había perdido el contacto con la Oficina de Intereses, que en una ocasión el régimen le permitió que funcionarios consulares lo contactaran; pues los diplomáticos americanos tienen prohibido salir a provincias.
También está en momento de libertad, fue sancionado a 5 años y a pesar de haber hecho numerosos escritos se mantiene preso.
Esto da una idea de la lentitud con la que se mueven los papeles para poner en libertad a una persona. Todos están desesperados para poder regresar al lugar de donde vinieron. Solo el que ha estado privado de libertad por sanción de un Tribunal, sabe lo que significa un minuto de más en prisión.
La Habana, 5 de diciembre de 2013.