Yamilka Ramírez con 42 años de edad, es operaria especializada en casas de tapado de la Empresa estatal Rubén Martínez Villena dedicada al cultivo y la ganadería, ubicada en calle 31 Madruga, provincia Mayabeque. Antiguamente esta unidad era supervisada por las FAR (Fuerzas Armadas Revolucionarias) y las condiciones de trabajo eran aceptables, en la actualidad este Ministerio se retiró de allí y las situaciones reales han comenzado a presentarse.
Yamilka como obrera en la agricultura directo en el campo, madre soltera de dos hijos, manifiesta un desagradable disgusto por la situación de falta de salario que se presenta en su empresa desde hace dos meses y medio.
Esta Unidad está subordinada al Ministerio de la Agricultura y es una de sus dependencias o Unidades Empresariales de Base (UEB Montalvo), se encuentran sin pagarle cinco quincenas de sus respectivos salarios a 1231 trabajadores, de los cuales hasta la obtención de esta noticia cuarenta y dos habían solicitado sus bajas.
Según pudimos constatar con Isis Bruzón Leyva cajera pagadora de la empresa, a dichos solicitantes de las bajas ni siquiera se les pudo liquidar su tiempo trabajado porque la empresa no tiene fondos para hacer ningún tipo de pagos.
Directivos de la empresa y del propio Ministerio de la Agricultura, se encuentran enfrascados en la búsqueda de un fantasma “fondo de emergencia”, que ha demorado todo este tiempo y hasta la actual fecha no aparece.
“Esta ha sido la respuesta a nuestras reclamaciones”, nos cuentan Isis y Yamilka, “pero la realidad es que mientras tanto seguimos trabajando sin cobrar nuestros bajos salarios, que además son necesarios para subsistir, dar de comer a nuestros hijos y pagar las cuentas”.
“En las reuniones nos reclaman la indisciplina de irnos a medio día del trabajo, dicen que no podemos abandonar nuestros puestos hasta las cinco de la tarde que terminan las ocho horas, pero si no salgo temprano ¿cómo hago para vender mis papas rellenas? si gracias a ellas he podido seguir enviando en guagua a mi hijo a su escuela becado”.
El actual director nombrado por todos como Chachi, ha producido reuniones con la esperanza de calmar la situación y más que eso los ánimos caldeados de los trabajadores que exigen una explicación y un pago.
Los temas tratados han estado más dirigidos a exigir disciplina y calma que a dar soluciones al impago de los salarios. Altos directivos han sido avistados por el lugar, pero la realidad sigue siendo que trabajadores de la agricultura, dejan el sudor en los campos para recibir a cambio promesas de pagos incumplidos.