Martes , 27 Junio 2017

¡No me quiero ir de mi país!

El pasado 3 de abril del año en curso -en horas de la mañana- fue arrestado Miguel Guerra Hastié, de manera arbitraria, en el domicilio donde reside junto a su pareja y la hija de ésta. En el 2014, él fue uno de los liberados de un grupo de 53 prisioneros políticos que el régimen “excarceló” para así dar el inicio al proceso de deshielo en las relaciones entre Cuba y los Estados Unidos de América.

Un problema que enfrenta el disidente es que su dirección oficial es en la calle Julio Antonio Mella # 17 entre Otto Parellada y José Martí, municipio Antillas en la provincia Holguín; pero según plantea, desde su salida de prisión hace más de 2 años, ha sufrido un constante hostigamiento por parte de la policía política holguinera, motivo por el que decidió abandonar el oriente del país y establecerse en La Habana. Primero estuvo viviendo en casa de una hermana, que reside en el Reparto “La Palma”, municipio Arroyo Naranjo, la que producto del asedio y vigilancia policial que tenía su casa, le pidió que se marchara.

Miguel nos explicó que conoció a su actual pareja y fue a vivir con ella al municipio Güira de Melena, en Artemisa; en la calle 78 interior entre 87 y 85. Él trabaja manejando un bici taxi propiedad de un amigo de la familia; y a pesar de lo agotador del empleo, le alcanza para sostener a su esposa y la hija, además de haber podido estar tranquilo y en paz, hasta que al parecer lo localizaron y de nuevo comenzaron con su hostigamiento.

Dice Guerra Hastié que el día del arresto, sintió un fuerte toque en la puerta de la casa y cuando abrió, un oficial de la policía con grados de teniente, al que todos conocen por Pacheco, le dijo que tenía órdenes de conducirlo a la Unidad de la Policía Municipal. Él quiso indagar sobre de qué estaba acusado y si tenían alguna orden de arresto, pero la respuesta fue tajante y grosera: “No necesito eso para llevarte preso”. Todo ocurrió estando la niña de su esposa delante de ambos; y cuando salieron a la calle, estaban dos agentes uniformados de la policía y tres sujetos vestidos de civil parados junto a un jeep patrulla con número 412, los que le advirtieron para que no se resistiera al arresto. Fue conducido esposado, y sin orden judicial a la Estación de Policía.

Una vez allí; un oficial del G-2 (Seguridad del Estado) de complexión robusta comenzó a decir palabras ofensivas en su contra, también; realizaron presión sobre su esposa, -que condujeron por su negativa a que fuera solo- para que lo convenciera y se acabara de ir del país, de lo contrario lo iban a mandar para Holguín, por ser un ilegal indocumentado en la provincia Artemisa.

Relata Miguel que al cabo de las dos horas de aguantar todo tipo de insultos e improperios de los esbirros fue liberado; pero antes de retirarse, uno de los oficiales presentes que se hace llamar Aldenis, le preguntó si había entendido el significado del mensaje que le estaban dando, a lo que él respondió: “Yo no me voy a ir del país, porque no me da la gana, si quieren váyanse ustedes”.

Su participación en la oposición fue en la organización Unión Patriótica de Cuba (UNPACU) de la cual se desvinculó a mediados de 2015, según plantea por razones personales. En la actualidad; no milita en ningún partido u organización opositora, solo trata de trabajar y ganarse el sustento para alimentar a su nueva familia; aunque para él está bien claro que seguirá disintiendo del régimen hasta el final de sus días.

Guerra Hastié es uno de los pocos de ese grupo de excarcelados que permanece en Cuba, ya que la gran mayoría de ellos han salido del país bajo estatus de refugiados políticos, con destino a los Estados Unidos de América.

Artemisa, 21 de abril de 2017


 

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