Martes , 27 Junio 2017

Muñecones verde olivo

Hay diferentes tradiciones en el país para despedir el año, por ejemplo en el capitalino municipio  Centro Habana en la capital del país, las 12 de la noche del 31 de diciembre, es una hora difícil para caminar por las calles, ya que cualquiera puede tirar un cubo de agua por el balcón de la casa, con el fin de que se lleve todo lo malo del año que terminó.

También hace algunos años, producto del deseo de la gente de emigrar del país, se ha creado una nueva tradición y consiste en darle la vuelta a la manzana con una maleta, con el fin de que se cumpla el deseo de viajar durante el año que comienza.

Una costumbre que se practica principalmente en algunos lugares  del interior del país, es crear un muñeco para quemarlo a las doce de la noche.

Donde vivo en la comunidad de La Cachimba, en el municipio artemiseño de Güira de Melena  se divierten haciendo muñecos de año viejo, y siempre se había visto que los vestían con ropas viejas y de lo más humilde que tienen las familias de la localidad, pero este año hubo algo diferente que llamó mucho la atención.

Para recibir el 2015 las personas que se dedican a este tipo de entretenimiento, han vestido a los muñecones con ropa verde olivo, que son los uniformes que usan los miembros de las Fuerzas Armadas y de algunas especialidades del Ministerio del Interior.

Habría que buscar el significado de este rito, porque usualmente se llevaba a cabo para convertir en cenizas todo lo viejo que es declarado inservible, pero al uniformar a estos muñecos podría pensarse que también influyó un sentido político.

Y es que fueron varios los grupos familiares que vistieron de verde olivo a sus referentes de la mala suerte del año que terminó, para querer eliminarlo.

¿Acaso la mala suerte viene vestida de verde? O podría pensarse también que han dejado de ser útiles a estas familias los uniformes.

Cualquiera sabe cuál fue la intención de los que hicieron oficiales a los que después iban a quemar. Usted también puede opinar sobre lo que piensa.

Artemisa, 8 de enero de 2015.


 

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