El régimen organizó entre el 16 y el 17 de mayo, el ejercicio Meteoro 2015 con el supuesto objetivo de fortalecer las capacidades del país para enfrentar sismos, maremotos, huracanes, sequías y desastres de origen sanitario. Se indicó que se trabajaría en la limpieza de zanjas, alcantarillados y tragantes, así como en la higienización en general y en la poda de árboles.
Solo en Villa Clara, el primer secretario del Partido Comunista de Cuba (PCC) en esa provincia y miembro del Comité Central, Julio Lima Corzo, informó que laborarían en la actividad 100 mil personas, que representan el 13% de sus habitantes. Si se proyecta esa proporción a nivel nacional se puede suponer que no menos de un millón 400 mil personas, estarían enfrascadas en esas labores a lo largo del país.
A menos de un mes de que en la capital un simple aguacero produjera inundaciones en varias zonas, 47 derrumbes y de ellos 3 totales; 39 circuitos eléctricos dañados, instalaciones de comercio y gastronomía afectados y sobre todo la pérdida de 3 vidas humanas; este evento parece tratar de borrar la mala imagen que dejó ese suceso.
Una movilización tan grande de personas y recursos, que tiene solo una intención propagandística, no va a poner al país en situación de enfrentar sucesos como los huracanes de 2001 a 2008 y el más reciente “Sandy”. Los habaneros se preguntan acerca de lo que pasaría si por la capital se repiten ciclones como los dos del 26 y el del 44; con el grado de deterioro existente actualmente.
Con la curita de mercurio cromo del Meteoro 2015 no se resuelven las causas de los enormes daños que provocan en Cuba los huracanes. Parece habérseles olvidado a los que mandan en el país que los que pasaron a comienzos del siglo XXI dañaron más de 600 mil viviendas, incluyendo 92 mil derrumbes totales, porque eran casas construidas -casi en su totalidad- con materiales inferiores. En especial el 70% de las devastadas por Ike eran de madera.
En 2010 solo el 47% del total de viviendas, con 5,3 millones de moradores eran de tipología I, con paredes de mampostería y cubiertas de placa, que son las reconocidas para resistir huracanes. Por lo tanto 6 millones de personas moraban en 1,9 millones de viviendas no aptas para resistir esos fenómenos.
Con relación al estado técnico, se reportaban en malas condiciones el 14% de las viviendas y en estado regular el 21%, en total 1,2 millones que requieren sustitución. Para la capital, las clasificadas en mal estado son unas 108 mil de las 720 mil existentes.
El censo de 2012 arrojó cifras similares, solo el 48% de las cubiertas eran de placa o losa de hormigón. Fidel Castro -que pretende saberlo todo- dijo en el artículo Un golpe nuclear, de septiembre de 2008: “Cuba necesita no menos de 1,5 millones de viviendas anticiclónicas”.
Todo apunta a que en el país hay que construir más de un millón de viviendas, sin contar la restauración de acueductos y alcantarillados y sus redes, para aliviar la situación desastrosa que existe, pero al ritmo actual de alrededor de 25 mil terminaciones anuales, habría que esperar no menos de 40 años. Si el régimen tuviera una verdadera intención de enfrentar esta situación encaminaría todos sus esfuerzos en la construcción, en vez de realizar inútiles y costosos ejercicios que no resuelven nada.
Para completar el dantesco cuadro, el 80% de la red de acueductos del país se encontraba en mal estado en 2008; y en julio de 2012, según se informó en la Asamblea Nacional del Poder Popular, el 58% del agua bombeada se perdía debido a la mala situación de las redes. De ello corresponde el 22% al interior de las viviendas, por ser muy limitado el acceso de la población a zapatillas, grifos, válvulas y otros productos para racionalizar el uso del agua, además de que el servicio de plomería no existe y la gente tiene que acudir a ilegales.
Un panorama similar tiene la cobertura de saneamiento, donde solo el 39% de la población tenía acceso al alcantarillado, el 56% a letrinas, y el 5%, no tenía nada. La capital presenta un panorama muy grave porque el sistema de alcantarillado fue concebido para 600 mil personas, el 28% de la población actual.
Son casi totales los tendidos eléctricos aéreos a lo largo del país, pese a que la frecuencia de los huracanes indica soterrarlos, ya que tienen una vida útil mayor, se recupera la inversión de forma rápida, evita podas frecuentes de árboles y facilita la comunicación en época de tormentas. Solamente la capital tiene 56 mil árboles bajo las redes eléctricas.
Se pretende entretener a la gente con ejercicios como el Meteoro 2015 para que la población piense que ello va a evitar los desastres que sobrevendrán detrás de cada evento, aunque sean de poca envergadura.
Para muchos está claro que desde el punto de vista destructivo, el meteoro que comenzó el 13 de agosto de 1926, ha sido el que más daño le ha hecho al país, y aún se mantiene haciéndole.
La Habana, 11 de junio de 2015.