En la década de los 80, del siglo pasado, comenzó en Cuba una nueva etapa con la recolección y venta de materias primas. En sus inicios se cambiaban los materiales reciclables por mercancías: refrescos, maltas, caramelos, galletas, entre otros.
En la actualidad estas materias primas reciclables se pueden vender, por moneda nacional, solo a las Casas de Compras, que se encuentran esparcidas por todos los municipios y provincias de país; aunque habría que señalar que algunos particulares también compran envases como botellas de refresco plástica.
A muy bajo precio les pagan a las personas que llevan su mercancía a vender, así lo afirman Julio Rodríguez de 79 años de edad, del municipio Boyeros; y Nelkis del Vedado, ambos en la capital del país.
Julio refiere que él se traslada desde su casa hasta el municipio Plaza -que es bastante lejos- con el fin de recolectar, por estas zonas de más movimiento de personas -y en particular extranjeros- los distintos envases que sirven para reciclarlos. Explica los precios de algunos de ellos, por ejemplo: el cobre se paga a 10 (cup) el kg; el bronce a 13 (cup) el kg; las latas de refrescos, cervezas y maltas a 8 (cup) el kg; el cartón a 6 (cup) y a 2.50 (cup) cada botella de cristal.
Como los precios son tan bajos, tiene que amanecer para efectuar la recolección del día y pasa largas horas en caminatas, para así hacer algún dinero para poder sustentar su alimentación.
Por su parte le señora Nelkis, tiene 72 años de edad e incluso es impedida física, con limitaciones en uno de sus miembros inferiores, por lo que se ayuda de una muleta para su traslado.
Contó que la zona por la que ella recoge la materia prima está en los alrededores de la Heladería Coppelia, en la céntrica calle 23 en el Vedado. Dice haber escogido este lugar, porque lo considera propicio para la cantidad de envases que ella se permite colectar.
Estos dos ancianos, en vez de permanecer en sus casas con sendas chequeras de retiro, por la difícil situación económica en la que se encuentran, tienen que salir a trabajar, al igual que un número considerable de personas en cualquier municipio. Ellos para su sustento están a merced de lo que puedan encontrarse en la calle cada día.
La Habana, 12 de abril de 2015.
