Residentes del capitalino municipio de Centro Habana, muestran a través de la conversación, su preocupación y descontento por la decisión del régimen que implica la separación del sistema de las redes eléctricas soterradas estatales de las privadas, por las consecuencias negativas que esto representaría para los vecinos de la localidad.
Debido a la lentitud con la que se acomete la ejecución de la obra, las calles de este poblado y céntrico municipio, se encuentran hoy afectadas por las roturas ocasionadas y las demoras en los trabajos, que las mantienen casi inaccesibles.
Según explicaron algunos obreros que laboran en el proyecto, la decisión fue tomada por la Dirección del Consejo de la Administración Provincial de La Habana, y consiste en la separación del sistema de redes eléctricas soterradas que alimentan la zona de hoteles y los establecimientos comerciales que operan en moneda libremente convertible (cuc), de la distribución de energía residencial.
En recorrido por varios puntos de la zona, se puede apreciar grandes zanjas y hoyos que van a lo largo de toda la calle, además de muchos escombros que dificultan el paso peatonal y la circulación automotor.
Algunos vecinos del territorio emitieron su opinión al respecto de lo que está aconteciendo y que, además –como es natural- les afecta. La señora Matilde Méndez, con domicilio en la calle Maloja, entre Retiro y Plasencia; explicó lo difícil que resulta el tránsito peatonal por el lugar, así como también la circulación de autos, bicicletas, en particular los bicitaxis tan usados en esta zona residencial. También dijo que las horas de la noche son las más preocupante y agravan la situación, ya que las profundas excavaciones representan un potencial peligro para las personas que transitan a esa hora y quedan expuestas al riesgo de caer en un hueco, debido al escaso alumbrado público en la zona.
Un conductor de bicitaxi, que prefirió el anonimato, por temor a represalias de la policía en su contra, manifestó que como cuentapropista que paga sus impuestos, tiene derecho a que las vías de acceso estén en buen estado; no obstante dijo que lo peor serán los preocupantes apagones que se les vendrán encima a los centrohabaneros; porque mientras estaban en la misma línea de conexión que los hoteles, con las redes soterradas, casi nunca eran afectados con el corte de la electricidad; y expresó de manera textual: “ahora con esta separación nos van a comer con los molestos apagones”.
Las peligrosas y fastidiosas roturas cubren las calles Árbol Seco y Peñalver, llegando hasta las proximidades de Santa Marta; con una extensión de unos 700 metros cuadrados, en cuyo territorio habitan cerca de seis mil personas que esperan con incertidumbre lo que les acontecerá en un futuro inmediato, según las nuevas medidas tomadas por el régimen, que igual que siempre hacen del pueblo el ente perjudicado.
La Habana, enero de 2017