La falta de calidad en las galletas de sal en Pinar del Río, se ha convertido en un tema del cual habla toda familia en los hogares. Actualmente se está vendiendo en los Mercados Ideales con un precio de 25 pesos moneda nacional, y de forma general la población se muestra insatisfecha con la comercialización de este producto.
Estas galletas son de gran provecho para proveer de una merienda escolar para nuestros hijos en cualquier época del año, teniendo en cuenta que sólo hay acceso a un pan diario por persona, se convierte en algo socorrido que deviene un gran apoyo para los estudiantes; en particular los de la Secundaria Básica que reciben una especie de merienda para las horas que deben tener de docencia, o sea de 7 y 30 a.m a las 4 y 30 p.m; como bien se conoce no todos los padres les pueden dar a sus hijos dinero diario para que compren algo de comer y ayudarse durante todo este largo tiempo.
Unos meses atrás se podían comprar los paquetes de galletas a un precio de 12,50 en moneda nacional, algunas familias podían adquirirla, pero esto cambió y ahora las están vendiendo al doble con un peso neto de 1 kg. el envase; aunque nunca tiene esa cantidad, casi siempre está por los 900 gramos, lo que indica que le roban a la población.
Este producto acabado de comprar ya se encuentra en malas condiciones, lo que se conoce como galletas “zocatas”, no se sabe cuál es el motivo que ocasiona que se deteriore con tanta facilidad. Algunas personas piensan que es a la hora de cerrar el sobre plástico, otros plantean que es posible que exista un déficit de alguna de las materias primas que se emplean en la elaboración; pero en realidad no se conoce.
Esto ha generado quejas e incomodidades en quienes la consumen, incluso hay personas que han ido a ver al Director de la fábrica, buscando una respuesta satisfactoria y se les dice que no tienen envases de nylon para mantener la oferta de 12,50 y solo pueden comercializar las de 25:00 pesos; pero no hay lugar para cualquier otra explicación.
Al igual que otros problemas que hay en el país con la alimentación, lo que se hace es que se deja correr, como si las dificultades se resolvieran solas. Y a algo que estamos acostumbrados es que nadie es culpable, o si no algunos comentan que es el bloqueo. Pero mientras el tema va y viene, es el pueblo el que una vez más sigue siendo víctima de los avatares que oscilan entre negligencias y silencios rotundos.
Aunque sin lugar a duda, vergüenza debería de darle a quienes están al frente de la elaboración de este producto tan deseado, al extremo que obliga al pueblo a comprarlas en mal estado y con un precio más elevado.
Pinar del Río, 7 de marzo de 2017